Los antiguos edificios de la destilería han sido restaurados para permitir a los visitantes descubrir el mundo de Jameson. ¡ Sláinte!
«Sine Metu», que significa «sin miedo» en gaélico, es el lema de la familia Jameson, ¡que aparece en todas las botellas de la marca! Hay que reconocer que había que tener agallas para abrir una nueva destilería en Irlanda en 1780, cuando los güisquis irlandeses ya estaban bien establecidos y, no lo olvidemos, John Jameson era de origen escocés. Aun así, casi doscientos años después de la muerte de su creador, Jameson sigue siendo el whisky irlandés número uno del mundo. La destilería se ha trasladado ahora a Cork, pero los antiguos edificios se han restaurado para permitir a los visitantes descubrir el mundo de Jameson y aprender más sobre el proceso de elaboración de esta famosa bebida. La visita guiada incluye una presentación audiovisual de la historia y los orígenes de Jameson, seguida de un recorrido por la guarida de la destilería, donde se explica el proceso «from grain to glass» (del grano al vaso) y se involucran los sentidos. Aprenderá todo sobre las técnicas de fermentación, (triple) destilación y maduración utilizadas para elaborar whisky. Por último, ¡el esperado momento de la cata! Proponen catar a ciegas tres güisquis de orígenes diferentes (normalmente un americano, un escocés e inevitablemente... un Jameson irlandés). Después de una visita instructiva, esta cata debería tener todo el sentido del mundo, y las diferencias, en particular entre destilación simple, doble y triple, le quedarán claras. Por último, su entrada le da derecho a un cóctel gratuito en el magnífico bar de la planta baja.
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
Reserve las mejores actividades con Get Your Guide
Opiniones de los miembros sobre JAMESON DISTILLERY
Las calificaciones y reseñas a continuación reflejan las opiniones subjetivas de los miembros y no la opinión de The Little Witty.
Encuentre ofertas de vacaciones únicas con nuestros socios

La visite est devenue numérique, mais pas d'une manière froide, à la manière d'une usine Guinness. Elle reste intime, riche en filage de laine et en récits dignes de l'Irlande elle-même.
À recommander vivement.