CATEDRAL DE SAN PABLO

Dominando la laguna desde lo alto de sus 70 metros de altura, la catedral Saint-Paul parece un ovni arquitectónico modernista y retrofuturista en medio de las torres del Plateau. Construida entre 1983 y 1985 a instancias del Presidente Félix Houphouët-Boigny, con un coste de 6.000 millones de francos CFA, por el bien llamado arquitecto italiano Aldo Spirito, destaca en el borde de la laguna, espectacular, audaz, agresiva, y a veces menospreciada ("¿La catedral? Ubú de hormigón, Goldorak merodeando por la ciudad").

Imagínese: este edificio triangular de hormigón de 4.200 m² con tejado curvo en forma de baldaquino parece contener la inmensa cruz erigida sobre él. Su forma remite a la Santísima Trinidad (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo), los 3 puntos unidos por el baldaquino, una parábola de la Tierra al Cielo, símbolo de la exhortación, la elevación y la verdad de San Pablo. La cruz orientada al norte se hunde hacia delante, como si estuviera sujeta al edificio por siete cuerdas de vela (que representan los siete sacramentos y las siete virtudes), frente a Abiyán y la laguna.
Simboliza los brazos abiertos de Cristo que entran desde el mar y se vuelven hacia el interior del país para abrazar al pueblo de Dios. En su interior, la iglesia impresiona por su tamaño (4.500 personas sentadas y 1.500 de pie). Suntuosas vidrieras de colores de estilo naif (370 m² en cuatro paneles) iluminan el conjunto. Representan la vida de Cristo, el apóstol Pablo, los sacramentos y la propia historia de la catedral. Increíblemente audaz y técnicamente desafiante -apenas veinte años después de la independencia-, este asombroso edificio puede gustar o escandalizar, pero sin duda no dejará indiferente a nadie.

La operación "Catedral de Abiyán" se inició en 1980, durante la primera visita pastoral del Papa Juan Pablo II a Costa de Marfil, pero se basó en fondos recaudados íntegramente entre la población entre 1963 y 1964 (cada marfileño contribuía a la construcción de edificios religiosos según su fe). El 11 de mayo, el Papa bendijo la primera piedra de la catedral de Abiyán, al tiempo que el arquitecto italiano Aldo Spirito finalizaba su proyecto con la aprobación del Jefe del Estado y de las autoridades religiosas. Las obras comenzaron el 15 de febrero de 1983 y concluyeron tan sólo 30 meses después. El Papa volvió para consagrar el edificio en 1985.
Durante mucho tiempo, la catedral sufrió un grave deterioro y falta de mantenimiento y recursos. Esta situación se ha visto agravada por la crisis postelectoral de 2010-2011 y las fuertes lluvias de los últimos años. Durante la batalla de Abiyán, la catedral acogió a unos 2.000 refugiados, y los disparos de proyectiles causaron graves daños en su tejado, mientras que los agujeros de bala destrozaron sus vidrieras. El resultado: goteras, escorrentías e inundaciones ocasionales en el interior del santuario, carcomido por la humedad y amenazando con derrumbarse en cualquier momento. En 2008, el coste total de la renovación del edificio rondaba ya los 750 millones de francos CFA. Pero en 2014, los daños habían ascendido a 3.000 millones de francos CFA. A finales de marzo, el Gobierno marfileño había desembolsado 2.100 millones de francos CFA, mientras que la suma recaudada entre los fieles ascendía a 200 millones de francos CFA. Se iniciaron entonces las obras para devolver a este emblemático edificio su antiguo esplendor.