GHADEER

Al borde de la piscina del palacio, en el interior con ventanales o en la terraza de burbujas, una encantadora mesa mediterránea con acento levantino. Para un almuerzo perezoso con una ensalada griega o un sándwich, una sopa helada y un sorbete. En modo romántico con antorchas, con las dunas como telón de fondo para una cena informal. Y como el desierto es hipnótico, se puede prolongar hasta bien entrada la noche fumando un narguileh sobre las brasas. El restaurante también sirve algunos de los platos a la carta en las tumbonas.