CASTILLO DE CHRISTIANSBORG (CHRISTIANSBORG SLOT)
Un castillo con muros de granito que alberga establos, un carrusel y una capilla de 1826.
El castillo ha sido el centro del poder en Dinamarca desde el siglo XII. Está situado en el corazón de la ciudad, en la histórica isla de Slotsholmen. Hoy es la sede del Parlamento danés, el Folketing, el Ministerio de Estado y el Tribunal Supremo. Parte del edificio es utilizado por la familia real para actos oficiales, como cenas de gala y audiencias públicas. Los azares de la historia hicieron que fuera destruido y reconstruido varias veces, sobre todo a causa de diversos incendios: en 1367, de nuevo en 1794, obligando a la familia real y a la corte a trasladarse a Amalienborg, y finalmente en 1884. Entre tanto, fue demolido por Cristián VI, que quería una residencia más cómoda.
La construcción del actual edificio finalizó en 1928. Sus muros están recubiertos de granito, excepto la fachada principal, que es de guijarros donados simbólicamente por 750 municipios del reino. Del castillo real barroco original, construido en 1730, solo se conservan el puente de Mármol (que conduce a la entrada principal de Christiansborg), los establos, el carrusel y el teatro de la corte. Lo más destacado de las salas de ceremonias es la Sala de los Caballeros, con su ciclo de tapices de Bjørn Nørgaard. Estos fueron confeccionados en Francia por las fábricas de Gobelins y Beauvais, que no habían recibido un encargo real desde hacía mucho tiempo. Son el encargo de tapicería contemporánea más importante del siglo XX.
Las cocinas reales brillan con el resplandor de sus utensilios de cobre repartidos alrededor de los fogones utilizados para confeccionar las delicias de los banquetes reales. También se exponen las recetas más famosas: guarnición de bouquetière, helado real, etc. ¡Para chuparse los dedos!
Los establos, que siguen en uso, albergan caballos blancos de raza Kladubers, traídos desde la República Checa en 1994 a petición del príncipe consorte. Su especificidad: nacen con un pelaje negro que luego se vuelve completamente blanco. Podrá verlos entrenar en la pista. En el interior de la platea de mármol se exponen los distintos carruajes utilizados por la corte.
El teatro es una pequeña joya. Aunque la fachada y la escalera, un poco empinada y descolorida, no parezcan muy atractivas, persevere. Un elegante teatro, todo en rosa empolvado, exhibe reconstrucciones de decorados y trajes. Para merendar, le esperan un pequeño salón de té y una terraza con vistas al patio principal del castillo.
Un incontournable !