Atravesada por el río Someș, Dej es una ciudad de 32.000 habitantes situada en el cruce de muchas de las carreteras del norte de Transilvania. Así que es muy probable que pase por aquí durante unas vacaciones en Rumanía. Muy industrializada, la ciudad tiene un interés turístico limitado. Su centro está marcado por Piața Bobâlna, donde se alza la iglesia de Sfântul Ștefan, monumento emblemático de la ciudad. Esta gran iglesia, con su campanario de 72 m de altura, fue construida en estilo gótico entre 1436 y 1536. En la misma plaza, en el número 2, se puede visitar el museo municipal (abierto de lunes a viernes, de 8:00 a 16:00, entrada 1 euro). Aquí se exponen piezas desenterradas en la fortaleza romana de Cășeiu, cuyas ruinas pueden verse en este pueblo al norte de Dej. También podrá ver documentos y objetos relacionados con la industria salinera. La sal se extrae aquí desde la Edad Media, sobre todo en Ocna Dejului ("las salinas de Dej", en la parte sur de la ciudad), donde hoy en día las minas llenas de agua salada se utilizan para curas. En Ciceu-Giurgești, a 18 km al noreste de la ciudad, se encuentran las ruinas de una antigua fortaleza que data de 1204.

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