
Misteriosa y hechizante, Transilvania es una región polifacética enclavada en el corazón de los Cárpatos. Entre ciudades medievales perfectamente conservadas como Sighișoara, Sibiu y Brașov, pintorescos pueblos con iglesias fortificadas y espectaculares paisajes de montañas y colinas, ofrece un viaje fuera del tiempo. Heredera de un rico pasado que mezcla influencias sajonas, húngaras y rumanas, Transilvania atrae tanto a los amantes de la historia y la arquitectura como a los entusiastas de la naturaleza y los amplios espacios abiertos.
¿Qué se puede ver y hacer en esta fascinante región? He aquí las 15 visitas obligadas en su viaje a Transilvania.
1. Sibiu: una de las favoritas

Sibiu encanta a todo el que la visita. Su centro histórico, uno de los mayores conjuntos medievales de Rumanía, ha sido cuidadosamente restaurado. Sus calles empedradas con coloridas fachadas y plazas bordeadas de espléndidas mansiones le confieren un encanto único. Piața Mare y Piața Mică, separadas por la iglesia católica y la torre del ayuntamiento, forman el vibrante corazón de la ciudad. Para un paseo más pausado, piérdase bajo los porches abovedados, explore los magníficos patios interiores accesibles y descubra la ciudad baja, de carácter más popular. Sibiu hará las delicias de los aficionados al arte y la historia con su rico patrimonio religioso y sus numerosos museos, entre los que destaca el prestigioso Museo Brukenthal, uno de los mejores de Europa del Este.
Merece la pena conocerla: Sibiu es fácil de descubrir a pie, ya que todos sus lugares emblemáticos se encuentran a poca distancia unos de otros. Su mercado navideño es uno de los más bellos de Europa.
2. Sighișoara, uno de los tesoros de Transilvania

Enclavada a orillas del río Târnava Mare, Sighișoara es uno de los tesoros de Transilvania. Su ciudad medieval, encaramada en lo alto del pueblo y del valle, está extraordinariamente bien conservada, lo que le ha valido su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Es una de las ciudades fortificadas más bellas aún habitadas de Europa. Sus coloridas casas exhiben con orgullo carteles de hierro forjado que indican su función, mientras que sus calles empedradas destilan una atmósfera apacible. Aquí, las iglesias y las escuelas siguen en funcionamiento, ofreciendo a los visitantes una inmersión en una ciudad viva, lejos de la estancada impresión deun museo al aire libre.
Más información: ¿Qué hacer en Rumanía? 16 lugares de visita obligada
3. Brașov y su centro medieval de encanto intemporal

Enclavada a los pies del monte Tâmpa, a unos 650 metros de altitud, Brașov cautiva con su centro medieval de encanto intemporal. Fundada por los sajones en la Edad Media con el nombre de Kronstadt, la ciudad creció gracias a su posición estratégica en importantes rutas comerciales. Rápidamente próspera, se dotó de fortificaciones y elegantes edificios erigidos por poderosos gremios comerciales. Hoy, su centro histórico, situado en el sureste de la ciudad, es una auténtica joya arquitectónica. Alrededor de la amplia y pintoresca Piața Sfatului, cobran vida encantadoras callejuelas peatonales, mientras que otras, más tranquilas y casi pueblerinas, revelan grandes casas con patios llenos de flores.
¿Lo sabía? Rumanía es uno de los mejores destinos para unas vacaciones baratas
4. Castillo de Bran, ¡el castillo de Drácula!

Su imponente silueta se alza orgullosa sobre un saliente rocoso, dominando un valle que serpentea entre los montes Bucegi y Piatra Craiului... He aquí el Castillo de Bran, rico en historia y leyendas. Cada año, cientos de miles de visitantes acuden aquí para descubrir el llamado Castillo de Drácula, o más bien el de Vlad Țepeș, el príncipe valaco del siglo XV que, según se dice, inspiró al escritor Bram Stoker para crear su personaje vampírico. En realidad, se le asocia más con la reina María, muy querida por los rumanos y que dejó su huella en la zona de entreguerras.
Merece la pena saberlo: Si ha venido por la historia de Drácula, el castillo no le decepcionará: varias salas están dedicadas al mito del vampiro y a Vlad Țepeș, su supuesta inspiración. También descubrirá información sobre los strigoi, los muertos vivientes del folclore rumano.
5. Biertan, uno de los pueblos sajones mejor conservados de Rumanía

Enclavado entre colinas y rodeado de huertos, Biertan es uno de los pueblos sajones mejor conservados de Rumanía. Fundado en el siglo XIII, Biertan se ha consolidado como un importante centro agrícola, vinícola, artesanal y religioso. Sus casas barrocas de coloridas fachadas le confieren un encanto único, y su iglesia fortificada, la más impresionante del país, ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Punto de partida ideal para explorar la región, Biertan ofrece magníficas oportunidades para practicar senderismo, bicicleta de montaña o equitación a través de sus ondulados paisajes.
¿Sabía que? Rumanía es uno de los mejores destinos de Europa para viajar en furgoneta
6. Qué hacer en Transilvania Visitar Mălâncrav

Fuera de la carretera entre Sighișoara y Mediaș, Mălâncrav es un pueblecito de 1.000 habitantes escondido entre colinas y prados, al final de una pequeña carretera sin salida. En las alturas, alberga una soberbia iglesia sajona de estilo gótico rural, construida en el siglo XIV y fortificada un siglo después. El interior cuenta con magníficos frescos. El pueblo en sí merece una visita, con sus encantadoras casas sajonas de fachadas coloridas y jardines llenos de flores.
Lo que hay que saber si desea optar por un itinerario de viaje personalizado por Transilvania, le recomendamos que solicite su presupuesto gratuito aquí mismo. Le espera un viaje a medida, responsable y directo con las mejores agencias locales
7. Ver una estatua cobrar vida en Saschiz

Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Saschiz es un pintoresco pueblo con un rico patrimonio. Merece la pena visitarlo, aunque sólo sea para admirar su iglesia fortificada del siglo XV, rematada con azulejos de colores, y su torre principal, erigida en 1677 por el arquitecto de la Torre del Reloj de Sighișoara. Esta última, de 50 metros de altura, ofrece un espectáculo único: cada quince minutos, una estatua de madera apodada Bogdan por los lugareños cobra vida ante los ojos de los visitantes. Recientemente restaurada, la torre es accesible y ofrece una hermosa vista desde su cima.
8. Qué hacer en Transilvania Visitar Răşinari

Situado a los pies de las montañas de Cindrel, Rășinari cautiva a los visitantes con su encantador entorno. Pasear por su laberinto de calles empedradas, bordeadas de casas bajas con tejados de tejas desiguales, es un auténtico placer. Una de sus joyas es la iglesia Cuvioasa Paraschiva, del siglo XVIII, famosa por su fachada pintada que representa La Rueda de la Vida y sus preciosos iconos en madera y cristal. El nombre del pueblo, que significa "recolectores de resina", atestigua su rica historia artesanal, aún viva hoy en día en la ebanistería y el textil. Estos oficios se exponen en el pequeño museo etnográfico de la ciudad, que se puede visitar.
9. Cluj-Napoca, una ciudad en efervescencia perpetua

Con 325.000 habitantes, Cluj-Napoca es el principal centro económico, cultural y académico de Transilvania. A diferencia de ciudades medievales como Sibiu, Sighișoara o Brașov, Cluj ofrece un ambiente decididamente moderno y dinámico. Aquí no hay un centro fijo, sino una ciudad en perpetua efervescencia, que atrae por igual a inversores y estudiantes. Nada más entrar en su animado centro urbano, uno se queda impresionado por su energía. Pero Cluj no es sólo un boom económico: también posee un rico patrimonio histórico y cultural, con imponentes iglesias, museos de renombre, elegantes palacios y un colorido jardín botánico. Por no hablar de su vibrante vida nocturna y de los tesoros naturales y arquitectónicos repartidos por su región circundante.
10. Râşnov, una de las ciudadelas medievales mejor conservadas de la región

Situada entre Bran y Brașov, Râşnov es una de las ciudadelas medievales mejor conservadas de la región. Encaramada en un promontorio, se puede llegar a ella en 20 minutos a pie por un sendero forestal, o en sólo 2 minutos en funicular, ofreciendo impresionantes vistas de la llanura de Brașov y las montañas Bucegi. En Râșnov también se pueden ver varias cuevas preciosas, como la peștera Valea Cetății, situada en la carretera que lleva a Poiana Brașov, así como la peștera Râșnoavei, a la que se llega tras una agradable caminata de una hora desde el centro de la ciudad (camino señalizado con una raya blanca). La ciudad está bien comunicada por autobuses y algunos trenes desde Brașov.
11. Poiana Sibiului, un típico pueblo de montaña

Encaramado a casi 1.000 metros de altitud, este pintoresco pueblo de montaña parece fundirse en una alta meseta de los montes Cindrel. Protegido de las inclemencias del tiempo, es conocido sobre todo por sus numerosos criadores de ovejas. Cada mes de mayo, los rebaños suben a las montañas para adueñarse de los magníficos prados llenos de flores. El pueblo es también un punto de partida ideal para practicar senderismo, ya que ofrece un encantador paisaje de montaña salpicado de cabañas de pastores. El pueblo alberga hermosas casas de madera, una de las cuales data de 1760, y se puede llegar a él por la ruta 106 G, tras pasar por el encantador pueblo de Dobârca, o desde Săliște por la ruta 106 E, que serpentea por las montañas.
12. Padiş, un paraíso para los senderistas

Situada a 1.200 metros sobre el nivel del mar, la meseta de Padiș es un lugar excepcional para los amantes del senderismo, ya que ofrece un paisaje espectacular de formaciones kársticas, cuevas, ríos subterráneos, simas salvajes, cascadas y saltos de agua. Entre los fenómenos kársticos más impresionantes se encuentran las gargantas de Someș Cald, los cañones de Valea Galbenei y Valea Boga, y las majestuosas Ciudadelas de Pon or (Cetățile Ponorului). La región es también un lugar predilecto para los espeleólogos, con una treintena de cuevas notables. La región también alberga una gran variedad de vida salvaje. Si tiene suerte, podrá ver ciervos, jabalíes, zorros y gallos.
Vale la pena saberlo: Por la noche, se produce un fenómeno particular: la "niebla de Padiș", que resulta de la mezcla de aire frío con el aire caliente acumulado durante el día en las dolinas.
13. Qué hacer en Transilvania Visitar Cisnădioara

Adyacente a Cisnădie y rodeada de hermosas colinas, Cisnădioara alberga una de las iglesias románicas más antiguas de Rumanía, la iglesia de San Miguel, cuya existencia se atestigua ya en 1223. Encaramada en una colina, pronto estuvo protegida por fortificaciones, de las que hoy sólo quedan algunos restos, junto con dos torres inacabadas. La iglesia es modesta, de naves cortas, y destaca su portada románica tallada. Al pasear por el pueblo, podrá admirar algunas encantadoras casas típicamente sajonas, que ofrecen una maravillosa inmersión en la arquitectura local.