Guía de viaje Seaford Town

Este pequeño pueblo, perdido en los valles de la campiña jamaicana, es conocido en toda la isla. De hecho, destaca por la arquitectura, sorprendente en estas latitudes, de sus granjas de aspecto germánico y por la rubicundez y los ojos azules de sus habitantes. A instancias del gobierno colonial, que, intuyendo que la emancipación era inminente, deseaba poblar el campo jamaicano con blancos, unos trescientos inmigrantes alemanes siguieron los pasos de un médico prusiano, William Lemonious, y se instalaron en esta región hacia 1835, creando una colonia germánica cuyas tradiciones continúan hoy en día.Las tierras fueron concedidas por Lord Seaford, que poseía grandes fincas en la zona. El objetivo era doble: limitar o incluso impedir el establecimiento de los esclavos negros liberados como pequeños agricultores independientes, y crear una zona de amortiguación blanca entre los ricos plantadores de los valles y los cimarrones establecidos en pequeñas granjas en el cercano Cockpit Country. La población no está muy mezclada, pero desde entonces el pueblo ha acogido a más agricultores, y ahora sólo el 25% de la población de Seaford es blanca. Hay unos doscientos descendientes de los colonos alemanes originales, muchos de los cuales tienen uno de los cuatro apellidos, Somers, Eldermeyer, Wedermeyer o Kameka. Y es bastante sorprendente escuchar a un granjero de aspecto teutónico hablar en patois jamaicano o que una mujer alemana te atienda en la tienda de comestibles. La gente viene de lejos para comprar a los agricultores alemanes un cerdo o una cabra, matados y preparados según métodos especiales. Aunque hoy en día apenas se habla alemán, se mantienen algunas tradiciones y un minimuseo recorre la insólita historia de esta pequeña comunidad rural.Una pequeña iglesia con techo de zinc, construida en lo alto de una colina, domina el pueblo. La región también ha conservado varios lugares y pueblos con nombres que no suenan a inglés (Hanover, Blenheim, Berlín, Potsdam, Bohemia...) de esta parte de su historia. Es posible dormir en el lugar; una casa de huéspedes se encuentra en el mismo edificio que el museo de la ciudad.Cuidado, una vez que llegue a Seaford, le aconsejamos que dé la vuelta y vuelva a Cambridge, para continuar hacia Mandeville, por la avenida Bamboo, porque la ruta directa es demasiado mala