2024

GOJEONCHUG

Restaurante coreano

Este puesto de la esquina del mercado de Jungang hará las delicias de los paseantes que busquen un tentempié sólido y reconfortante. Con su pequeño mostrador repleto de taburetes y con vistas a ollas humeantes, es difícil pasar desapercibido. La especialidad es el Juk, una papilla de arroz tradicional de la que se dice que es el plato más antiguo del país Debido al mercado de pescado, se sirve con abulón, pero también hay versiones vegetarianas (judías mungo, calabaza) y una versión dulce con alubias rojas. También son muy recomendables las tortitas secas

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2024

CHEONGHO HONALU

Restaurante coreano

Situada en el muelle, bajo el café Sun-ma-ul, esta pequeña cantina ofrece diversas especialidades de marisco. Lo regenta una abuela local que no habla ni una palabra de inglés, pero que ofrece sus grandes sonrisas y su cálido servicio a visitantes de todo el mundo, como demuestran las docenas de notas multicolores pegadas en la pared. El ambiente es típico y sin pretensiones, y las raciones son abundantes por un precio razonable. Recomendamos la sopa de fideos con cangrejo, que debe comerse con guantes y tijeras

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2024

2 DAESONGLIMSUNDAEJIB

Restaurante coreano €€

Aquí, rodeado de una miríada de abuelos coreanos, se puede disfrutar de las especialidades de la ciudad, el sundae y el ojingeo sundae. La primera es una especie de morcilla (típicamente coreana), cocida al vapor y de color muy oscuro, en la que encontramos intestino de vaca, fideos y verduras. En el papel es sorprendente y no muy cocido, pero en la boca es realmente delicioso. La segunda es una versión marina preparada con calamares, igual de deliciosa. Ideal con un vaso de makgeolli (vino de arroz de aspecto lechoso).

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2024

88 SAENGSEON GUI

Restaurante coreano

No tendrás muchas opciones aquí. En el menú: pescado a la parrilla (diferentes variedades), ultra-fresco del día, asado en las brasas ante los ojos codiciosos de los clientes que sólo pueden salivar. Consejo de degustación: mezclar el wasabi en la salsa de soja (que en Asia sólo es salada) y sumergir un trozo de pescado en ella. ¡Es un verdadero festival de sabores! Por supuesto hay que tener cuidado con los huesos y para los que no son muy ágiles con los palillos, no duden en usar la cuchara, está ahí para eso.

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