Este castillo medieval es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y lugar de peregrinación
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el castillo medieval de Wartburg, antigua residencia de los landgraves de Turingia, orgullosamente encaramado en su colina a 400 metros sobre el nivel del mar, bien merece una visita. Enclavado en un magnífico paisaje de densos bosques, personifica la idea del "castillo ideal".
Su exterior es espléndido, y sus diversos interiores dan testimonio de diferentes periodos de la historia alemana. Según la leyenda, fue fundado en 1067 por Ludwig der Springer. Los edificios agrupados en torno a dos patios se erigieron a lo largo de los siglos siguientes. Para católicos y protestantes, Wartburg es un lugar de peregrinación. Isabel de Turingia vivió aquí de 1211 a 1227. Tras la muerte de su esposo, esta princesa abandonó la vida mundana de la corte para ocuparse de los pobres, atender a los indigentes y fundar hospitales. A los ojos de la Iglesia, se convirtió en Santa Isabel.
Unos siglos más tarde, en 1521, Lutero fue excomulgado. Se negó a retractarse ante el emperador Carlos V, al igual que se había negado a retractarse ante el Papa. Martín Lutero sostenía que estaba sometido a la autoridad de su conciencia y a la de la Biblia, y no a la autoridad eclesiástica. Estas ideas revolucionarias, que condujeron a la Reforma, le obligaron a exiliarse aquí, en el castillo de su amigo Federico III, Gran Elector de Sajonia, bajo el nombre de "Junker Jörg", Caballero Jorge. Lutero se dedicó entonces a la obra de su vida: traducir la Biblia al alemán.
A partir de mediados del siglo XVI, Wartburg quedó abandonado y en ruinas. Hubo que esperar hasta finales del siglo XVIII para que la élite de la época volviera a visitar el prestigioso pasado de esta pintoresca ruina. Goethe visitó Wartburg en 1777 y concibió la idea de transformarlo en museo. El primer festival de Wartburg, hoy antológico, tuvo lugar en 1817. A partir de 1853, el castillo se reconstruyó en estilo neomedieval, como homenaje a todas las leyendas nacionales que se habían escrito sobre él. Los contemporáneos estaban ansiosos por redescubrir su pasado nacional, una narrativa compartida por la nueva Alemania unida. En particular, redescubrieron las leyendas de los torneos de trovadores(Minnesänger), la más famosa de las cuales se encuentra en Wartburg. Fue este mito el que Richard Wagner utilizó en su ópera Tannhäuser.
El conjunto arquitectónico es impresionante. En la parte más antigua, con entramado de madera, se puede ver la habitación donde trabajaba Lutero. Algunas salas están dedicadas a Santa Isabel, y otra al torneo trovadoresco. La construcción nacional realizada a través del propio castillo (esta síntesis de mitos nacionales en un mismo monumento es poco frecuente), difícil de asumir para los alemanes desde la trágica deriva del nazismo, se aborda de forma crítica y cuidadosa durante las visitas guiadas. Los elementos que intervienen en la construcción de los mitos nacionales y su relación con la realidad histórica le serán explicados con todo el discurso analítico apropiado.
También puede visitar el museo por su cuenta. Entonces podrá descubrir algunas exposiciones permanentes y temporales de gran calidad. Los frescos de la Elisabethgalerie son magníficos, al igual que las obras de Durero y Cranach. Lo más destacado de las colecciones es un ejemplar de la Biblia luterana de 1541, con todas sus anotaciones.
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
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Opiniones de los miembros sobre WARTBURG (CASTILLO DE LA WARTBOURG)
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