DARIUS APADANA
Tomar las escaleras en los bajorrelieves que llevan a la gran sala de audiencias, el Apadana de Darius. Aquí, el rey, como un dios, recibía sus vasalles. El palacio, de plan cuadrado, se exportaba a 73 metros y cuenta con seis hileras de seis columnas altas cada una de unos veinte metros. Las carteles colosales estaban adornadas con un bestiario semireal, medio fantástico. El Apadana, voluntariamente abrumador, podía reunir a 10.000 personas. El techo abarcaba más de media hectárea. Las 36 columnas con magníficas carteles en forma de toros, leones y garras apoyaban las largas vigas de madera de cedro del Líbano. Gracias a las columnas que soportan el techo, los carpinteros aquiennides realizaron amplias salas claras, cuando los templos egipcios contemporáneos se mantuvieron en la penumbra por las corsas de piedra. De la inmensa sala, algunos barriles enmarcados con columnas de piedra subsisten, algunas de las cuales han perdido la cabeza o yacen en tierra. Después del incendio provocado por Alejandro Magno, las carpinterías quemaron antes del colapso de las paredes de ladrillo. Intenta imaginar los colores vivos de los techos. El conjunto de los palacios de Persépolis, cargados de madera raras, estaban llenos de oro y adornados con márpicos. Las estatuas de las barbas incrustadas de lapis-lazuli estaban decoradas con pierrería, con incrustaciones de joyas, collares y brazaletes de oro…