Qué ver y hacer Likasi

Otra colina con vistas a la ciudad y a las instalaciones de Gécamines, propietario del lugar. Sirve de monumento a los comedores de cobre que trabajaban el metal rojo mucho antes de la llegada de los belgas. En 1975, se erigió una estatua en esta colina hecha de terraplenes, en homenaje a estos artesanos ancestrales. También se encuentra la tumba de un director y algunos restos de instalaciones de la época en que se celebraba San Eloy.

El dominio mariano de Likasi es una colina a la entrada de la ciudad coronada por una gran cruz con una gruta mariana. Los peregrinos locales acuden aquí a rezar y recitar el rosario en los escalones que conducen a la estatua de la Virgen. Para los demás, es un corto y hermoso paseo con una magnífica vista de la ciudad y de las instalaciones mineras circundantes. Todo ello teñido del color ocre característico de la región. Al principio y al final, le acompañarán unos sonrientes niños de la localidad..

El río Congo nace en Katanga, a 1.740 metros de altitud, en una meseta pantanosa cerca del pueblo de Mufosi, próximo a la frontera con Zambia. Se accede a él por la pista de Kilela Balanda. Las fuentes del río Congo están formadas por varios pequeños ríos, uno de los cuales, llamado Lualaba, se considera la fuente oficial descubierta el 14 de septiembre de 1892 por la expedición de Bia, Francqui y Cornet. A partir de este modesto río se forma el río Congo por acumulación de agua en una cuenca de 3.691.167 km². Más allá de la emoción de encontrarse en el nacimiento de un río tan extraordinario, la realidad del lugar es una simple lámina de agua clara en un paraje tranquilo y sombreado. El interés de este lugar es sobre todo simbólico. Antes de visitar el manantial, el jefe de la aldea celebra una ceremonia en nombre de los antepasados. En primer lugar, el visitante debe pedir clemencia a los antepasados antes de que se le permita acercarse al manantial. A continuación, se invita a los visitantes a arrojar un poco de dinero al agua y pedir un deseo. Cada visita va acompañada de una alegre escolta del pueblo. Sin duda, un lugar para explotar desde una perspectiva ecoturística implicando a la población local. Pero el acceso por carretera es difícil, y convendría organizar un alojamiento que permita a los visitantes participar en otras actividades del pueblo y quedarse en el lugar. También se puede hacer una parada en la misión católica de Kilela Balanda.