PASTELERÍA HARA
Las alfarerías de Hara son un lugar interesante para visitar y ver cómo se fabrican platos de tajine, ceniceros y bandejas.
En este pueblo se fabrica gran parte de la cerámica que se vende en la región (platos de tagine, ceniceros, bandejas, etc.). El pueblo en sí es magnífico. Las casas, construidas en adobe o pintadas de colores que van del rojo al ocre, son espléndidas, las callejuelas estrechas, los niños juegan en las calles y los turistas están prácticamente ausentes. Aquí reina una atmósfera de calma y serenidad que hay que procurar no perturbar. El pueblo está surcado por canales de riego que dan servicio a multitud de pequeñas parcelas donde se cultiva cebada, alfalfa, maíz y trigo. Al atardecer, antes de la cosecha, adquieren tonalidades fluorescentes. Altas palmeras datileras salpican el paisaje por doquier. Una visita a la alfarería merece la pena, ya que es un asunto familiar en el que cada uno tiene un papel preciso que desempeñar y cada etapa del proceso debe respetarse escrupulosamente. No hay tornos ni hornos eléctricos; hay que pedalear para dar forma a la arcilla, antes de cocerla en un horno de barro al fondo del jardín. Del mismo modo, la arcilla se prepara y filtra cuidadosamente antes de depositarla en una pequeña pila junto a las torres. No hay tienda propiamente dicha, y todos los productos son comprados por comerciantes de Marrakech, después de haber sido pintados y decorados por una de las familias locales. Una experiencia única, auténtica y original... Hay que regresar a Tinghir antes del anochecer, ya que se corre el riesgo de perderse de noche en medio del palmeral.