Guía de viaje Laâyoune

El Aaiún, con unos 220.000 habitantes, no es en absoluto una ciudad histórica. Fue creada desde cero a orillas del uadi Sakia el-Hamra por los españoles en 1932. Se desarrolló en torno a sus dos funciones de ciudad militar y ciudad minera, para explotar los grandes yacimientos de fosfato de la zona. A diferencia de otras ciudades del Sáhara, como Sidi Ifni o Tarfaya, El Aaiún se ha beneficiado enormemente de la presencia marroquí en la región desde 1975. Su desarrollo como capital administrativa ha dado lugar a una serie de edificios modernos y costosos. El mejor ejemplo es probablemente la plaza del Méchouar, construida en 1985 con motivo de la visita de Hassan II, con su centro de congresos y el medio centenar de banderas marroquíes que la rodean. El Sáhara Occidental sigue siendo una región en disputa entre las autoridades de Rabat y el Frente Polisario. El Aaiún, supuesta capital del Sáhara, quiere ante todo ser considerada "marroquí". Las autoridades han animado a muchos marroquíes a venir a trabajar al sur, sobre todo atrayéndoles con ayudas económicas y exenciones fiscales. Una vez allí, uno se da cuenta de que la realidad es diferente, que los marroquíes del Norte que se han instalado en El Aaiún no son todos ricos empresarios y que los saharauis no están obligados a mendigar para sobrevivir. Sin embargo, una cosa está clara: las dos comunidades apenas se mezclan. Desde 1991, la omnipresente ONU prepara, a través de la Minurso, un referéndum (que no deja de aplazarse) para determinar el estatuto del Sáhara Occidental. A esto se añaden miles de soldados marroquíes en sus flamantes cuarteles y los controles en carretera de policías, gendarmes y soldados. Todo ello crea una atmósfera misteriosa. La gran presencia policial y militar en el centro de la ciudad no la convierte en un lugar ideal para pasear. Opte por la zona más popular de la Place D'Cheira y la Rue Moulay Idriss I. Algunas placas en español y los nombres de los cafés recuerdan la época colonial. Frente al ayuntamiento se conserva la iglesia. El Aaiún está desierto durante el día y se despierta al anochecer, sin duda un legado de la época española. El Aaiún fue escenario de trágicos sucesos en 2010, así que compruebe la situación antes de ir. Normalmente, no debería haber problemas de seguridad para los turistas, pero conviene estar alerta. El turismo, área clave de desarrollo para el Gobierno, atraviesa dificultades, sobre todo por la falta de infraestructuras hoteleras. Sólo hay que ir a la playa para darse cuenta de ello: la costa carece de infraestructura hotelera de calidad y parece haber sido abandonada. Los hoteles de categoría superior suelen estar completos, ya que el 80% de ellos están reservados por las fuerzas armadas de la Minurso, y como hay muy pocos hoteles de categoría media, a los turistas sólo les queda una miríada de pequeños hoteles. No obstante, se ha intentado dar a la ciudad el aspecto de un antiguo pueblo del desierto, con sus pequeñas casas cuadradas de hormigón recubiertas de adobe y rematadas con cúpulas de color ocre.