WADI BANI HABIB

Es uno de los lugares más bonitos de Jebel Akhdar, y no está demasiado concurrido en la actualidad. Hay escaleras a izquierda y derecha del aparcamiento. Es mejor tomar las de la derecha, ya que conducen al fondo del uadi, que es increíblemente verde y frondoso. Camine alrededor del wadi unos cien metros: a ambos lados del lecho seco del río crecen muchos árboles frutales y no frutales, protegidos por muros bajos de piedra seca. Suba unos grandes escalones de piedra hacia la derecha para llegar a la parte baja del primer pueblo. El pueblo es especialmente pintoresco, literalmente aferrado a las laderas de la montaña, un paisaje que merece la pena fotografiar. La aldea ya no está habitada y sus casas, aunque bastante bien conservadas, no son muy estables. Es agradable pasear y disfrutar del frescor de las viejas murallas, aunque hay que tener cuidado con el riesgo de desprendimientos. El paseo continúa descendiendo por el uadi durante unos 200 metros hasta llegar a una mezquita que se ha conservado pero que está cerrada a los turistas. 50 metros después de la mezquita, hay que subir los escalones de piedra de la derecha para llegar a un segundo pueblo abandonado, también encaramado en lo alto, desde el que la vista sobre el primer caserío merece la pena. En lo alto y tras las escasas casas y callejuelas, se divisa un segundo cauce, paralelo al primero y sembrado con otros tantos cultivos. El paseo se disfruta mejor al final del día, cuando la luz del atardecer hace brillar el ocre de las viejas fachadas. Regreso al aparcamiento por el mismo camino.