Los mejores restaurantes Guimarães

En esta céntrica y animada brasería, se puede pedir un buen plato del día, sobre todo de carne, pero hay más cosas en el amplio menú. También es larga la carta de vinos y cervezas, como su nombre indica. En la barra, en el comedor o, mejor aún, en la pequeña terraza, estará rodeado de asiduos que vienen a tomar algo, a comer o a ver un partido de fútbol, ¡o las tres cosas! Un lugar muy agradable para estar a cualquier hora del día o de la noche, normalmente siempre hay movimiento. El servicio es amable.

Ubicado en el centro del magnífico casco antiguo, este restaurante tiene mucho encanto y sirve una cocina excepcional. El servicio es digno de los mejores restaurantes. La carta ofrece un giro talentoso y refinado de los clásicos de la cocina portuguesa. Las vieiras al curry y los salmonetes son una delicia. La cocción del solomillo de ternera es perfecta. La carta de vinos es generosa en calidad y razonable en precio, lo que hace de este lugar un ejemplo perfecto de la calidad de vida de Guimarães. Tómese su tiempo y disfrute del momento.

Casa Amarela no es solo un bar donde disfrutar de un cóctel el fin de semana. El chef también ofrece un interesante menú que rompe con los platos tradicionales. Para empezar, pida unas gambas salteadas em alho e laranja, luego continúe con una excelente Pincanha com Abacaxi y acabe la fiesta con una sorprendente mousse de chocolate condimentada con flor de sal y pimienta rosa. Y todo ello en un espacio moderno, con un personal atento dispuesto a aconsejarle lo mejor posible.

Bajo arcadas medievales, este restaurante le recibirá en un ambiente elegante, con bonitos manteles de tela blanca. El chef destaca en la preparación de la feijoada de camarão (fabada de camarones), la chouriça cozida, el lombo de bói à pimenta y postres tradicionales (toucinho do céu). El ambiente está amenizado por un fondo musical ligero, a menudo de jazz. El Restaurante Solar do Arco es una dirección agradable, muy recomendable por la noche por su ambiente y su servicio de calidad.

Ubicado en una antigua casa señorial, el restaurante sirve cocina vegetariana. Podrá disfrutar de platos elaborados con productos frescos, que revelan colores, texturas y sabores inesperados. Para empezar: fantástico arroz cremoso con setas, una endemoniada pasta con anacardos y puré casero. El amable personal le guiará por los platos del día y la carta. La terraza florida al atardecer, con una cerveza ecológica o una bebida natural en la mano, es la promesa de un momento inolvidable.

Se trata de una taberna con las paredes revestidas de azulejos. Varios platos de bacalao (bacalhau com migas), ternera o cerdo se ofrecen a los comensales para que sabeoreen una cocina regional, con acentos populares, que no ha perdido sus sabores auténticos. Otro restaurante en el centro de la ciudad, dirigido por el hijo, ofrece una cocina más mediterránea. Un excelente lugar para degustar especialidades portuguesas y sumergirse en un ambiente familiar y acogedor.

Los clientes famosos (por ejemplo, Mário Soares o Ana Salazar) han hecho que este restaurante familiar de cocina tradicional al horno de leña sea conocido. Aquí se sirven platos típicos: ternera asada, callos a la portuana, pulpo... Un clásico que no puede perderse si es un verdadero amante de la carne. El ambiente es familiar, sonriente y siempre está muy concurrido. También disponen de una buena carta de vinos y algunos postres para terminar el festín del día con estilo. Como el lugar es pequeño y suele estar lleno, mejor llegar temprano.

Es uno de los imprescindibles de la gastronomía local. Olivia y Rosa, como muchas buenas cocineras, aprendieron de las mujeres de la familia. Todas sus recetas se elaboran con verduras de la huerta y productos frescos. En la entrada hay una bodega para matar el tiempo mientras pica algunos petiscos, y luego en el comedor, sobre los manteles a cuadros, se van sucediendo las delicias: callos con judías blancas, ternera asada, panceta rellena (bucho recheado, la especialidad de la casa, que suele ganar premios en los concursos) y peras al vino (pêras bêbadas).

Perteneciente a la categoría de «templo de la gastronomía y el vino», este establecimiento, con sus hermosas vistas, ha optado por honrar en su carta una cocina portuguesa técnica y creativa que convive con sólidas referencias europeas: sabrosos huevos revueltos con setas franceses, exquisita pasta marinera italiana, un magret de pato o salmón ahumado in situ (en un ahumadero artesanal) y un delicado pudim de Abade de Priscos. Una vez que se cruza la puerta, viene lo difícil: elegir entre los suculentos platos que se ofrecen.

Se trata de una pequeña y popular tasquinha con ventanas opacas que vale su peso en bacalhau. No se pierda la generosa degustación de un fragante pica-no-chão de cabidela, un bacalao que se ha desalado durante cuatro días en agua helada para mantener su firmeza. Adega dos Caquinhos es un lugar típico, con un ambiente animado (mezcla de lugareños y visitantes) y una cálida acogida. La camarera le aconsejará sobre los platos del día. La comida es sencilla pero excelente, que es lo que realmente importa.

Este restaurante italiano ofrece una bonita carta de pizzas y pasta, así como algunas carnes. El entorno es elegante y agradable y, si las pastas no son siempre muy al diente, las salsas que las acompañan son excelentes. Buena carta de vinos nacionales. Y un pequeño plus: el restaurante sirve hasta las h, el único en el centro de la ciudad que se sirve tan tarde.

Este restaurante con estrella Michelín es una excelente sorpresa a poca distancia del centro de la ciudad. Gastronomía moderna y de altos vuelos que revisita los clásicos de la cocina portuguesa con gran elegancia y magistral refinamiento. El chef muestra un gran respeto por los productos de primera calidad que utiliza y ofrece a sus clientes platos formidablemente equilibrados por la delicadeza de sus inspiraciones. Puede elegir entre diferentes menús o platos a la carta. Los divinos entrantes la harán hacerse una idea de que viene después. Excelente carta de vinos.