Guía de viaje Ericeira

En la costa, hay una sucesión de playas o calas más o menos salvajes, que atraviesan el acantilado, y cuyo rosario continúa hasta el pequeño y muy lindo balneario de Ericeira. Como un encanto en su meseta de acantilados, esta pequeña ciudad con sus estrechas calles nos da la oportunidad de admirar las casas encaladas de los pescadores enmarcadas con añil. Su población de unos 10.260 habitantes se multiplica por cinco en la temporada, ya que los lisboetas con casas secundarias y muchos surfistas invaden esta zona costera golpeada con fuerza por las olas. La locura por este pueblo ha ido creciendo año tras año. Ericeira tiene iglesias y capillas que datan de los siglos XVII y XVIII, así como siete fuentes antiguas. El paseo marítimo está bien alineado con bancos azules y blancos para admirar el fenómeno de las mareas y la fuerte resaca. Durante el día, algunos de los ancianos de Ericeira pasan sus tardes al sol mirando el mar desde el mirador de la pintoresca y céntrica Praia dos Pescadores. Esta playa se encuentra en una bahía de arena protegida por rocas y una pared de casi 40 m de altura. Otras tres hermosas playas también son interesantes cerca de la ciudad, de norte a sur: la praia de São Sebastião (llamada así por la capilla que la domina), la praia do Algodio (una de las más concurridas) y la praia do Sul (también conocida como praia da Baleia, porque una enorme ballena desembarcó allí en 1872).