A GALERÍA

Pasábamos por delante sin prestar atención y, sin embargo, este bar es una verdadera cueva de Alí Babá: vieiras y brujas suspendidas, relojes, discos, tarjetas postales y fotos... Por no hablar de la biblioteca, que se alimenta de los libros dejados por los clientes. El propietario, Roberto, es un verdadero coleccionista, apasionado por el mundo y por la gente que le rodea. Gran conocedor de su tierra, escribe poemas y ha publicado algunos libros sobre la zona. Si tiene la suerte de estar por aquí en verano, podrá asistir al ritual de la queimada, una tradición ancestral para ahuyentar a los malos espíritus. Una vez finalizado el ritual, se bebe esta bebida típica gallega a base de aguardiente. Futbolín.