BAMBI

Venimos aquí para (re)sumergirnos en la Hungría comunista de los años sesenta. En el Bambi, nada parece haberse movido: los bancos de cuero rojo, las mesas curadas y sus manteles completamente obsoletos, las cortinas decrépitas.... Los fieles siguen allí también, jugando al dominó y bebiendo, hasta más sedientos, en un rincón de la habitación. Precios inmejorables: tortillas, salchichas y otras virsli (salchichas de Frankfurt), croque-monsieur y bollería. Amplia terraza en verano, perfecta para tomar café o cerveza.