MARCHÉ

El mercado ocupa la plaza central, gran lugar de exposición para los vendedores que no intentan atrapar al turista, aunque se encuentren algunos puntos de "artesanía del Sáhara" con las inevitables rosas de las arenas. Entre otros, hay nómadas que venden sus frutas y verduras producidos en uno de los oasis de la región, así como mercaderes de ropa artesanal bastante renombrados. Es uno de los mercados más importantes de esta región y del más típico. Pero es sobre todo para su mercado de animales, situado más abajo, en un lugar pegado al palmeral, que este día atrae a los granjeros de toda Túnez: dromedarios, cabras, gallinas, caballos, burros, encontramos todo y es en un ambiente lleno de gritos, de colores y olores inesperados que se penetra en la plaza. Una multitud increíble de personas, sin embargo poco acogedoras y bastante estáticas, se aprieta a las bestias: nada de sobresaliente, aquí donde no hay turistas. Los hombres de cierta edad hablan o juegan a juegos desconocidos mientras esperan que se presente un comprador potencial, mientras que los más jóvenes vigilan a los animales impacientes. Los niños, por su parte, se ocupan de vender conejos, gallinas y otros bichos de pluma que les permiten agudizarse en la profesión de comerciante. Un verdadero mercado, como ya no se ve, donde la tensión se hace sentir en estos hombres (por supuesto, no se conocerá a ninguna mujer), cuyo ganado es generalmente la única fuente de ingresos.