CUEVA DE LA FLAUTA DE CAÑA

A pesar de un precio de entrada que algunos pueden considerar elevado, la Cueva de la Flauta de Caña (Lúdí Yán) sigue siendo la más impresionante de Guilin y bien merece una visita. Situada al noroeste de la ciudad, es una obra maestra moldeada por millones de años de erosión. Su poético nombre procede de los juncos que antaño crecían en la entrada y se utilizaban para fabricar flautas tradicionales. Con sus 240 metros de longitud y 500 metros de galerías interiores, ofrece un espectáculo encantador donde estalactitas y estalagmitas se unen para formar innumerables columnas, cortinas y flores de piedra. Estas esculturas naturales, realzadas por una iluminación multicolor, revelan formas fascinantes que recuerdan a dragones, cascadas heladas y bosques de piedra. Una de las formaciones más famosas es el Palacio de Cristal, una vasta cámara subterránea con reflejos centelleantes.

En algunas de sus paredes, inscripciones que datan de hace más de 1.200 años, de la dinastía Tang (618-907), demuestran que este lugar ya atraía a viajeros en tiempos pasados.

Ya fascinante por sus proporciones, la cueva lo es aún más gracias a la iluminación, que recrea una atmósfera distinta en cada galería, obligando a nuestra imaginación a percibir formas particulares. Por eso es buena idea, si sois bastantes, pedir un guía de habla inglesa para la visita. En todos los casos, la visita en grupo y el guía serán obligatorios. Tenga cuidado, el suelo puede estar resbaladizo...