¡Bienvenido a Hong Kong! Literalmente, el "Puerto del Perfume" (Xiang Gang en chino), en memoria de los almacenes de incienso que una vez estuvieron presentes en el puerto de Aberdeen, el primer punto de contacto entre la marina británica y los pescadores locales. Hoy en día, los olores son cada vez menos persistentes, disipados por el avance irresistible del mundo moderno, a la sombra de los rascacielos. Los hombres de negocios colgados de sus teléfonos móviles, las multitudes que se disputan el tiempo en el corazón de uno de los territorios más densamente poblados del mundo, Hong Kong, el Manhattan asiático a las puertas de China, viven al ritmo de su índice bursátil. Entre torres vertiginosas y pagodas tradicionales, la ciudad, una de las más prósperas del planeta, parece no detenerse nunca.
Hong Kong es un destino mítico en el corazón del Lejano Oriente, un centro de negocios imperdible, y el lugar de encuentro de los viajeros de negocios y los turistas que aman las compras. Inicialmente una guarida de piratas, la ciudad se convirtió en una tierra de exilio para los emigrantes de la República Popular China que huían del comunismo. Esto, a través de un trabajo duro, la convirtió en un Eldorado. La joya de la corona británica se convirtió, en menos de dos siglos, en el mayor centro económico y financiero de Asia. Luego, el 1 de julio de 1997, Inglaterra finalmente abandonó su última colonia devolviéndola a la madre patria china. "Un país, dos sistemas" afirmaron las autoridades de Beijing, definiendo así el estatus de esta "Región Administrativa Especial". Reintegrado en el Reino Medio, Hong Kong conservaría este estatus hasta 2047. Sin embargo, la población se muestra escéptica sobre el futuro grado de autonomía del territorio.
Por el momento, China sigue siendo un paraíso del libre comercio y el hogar de una economía extremadamente dinámica, mientras continúa afirmando su identidad profundamente china. Mirando hacia el futuro, la megalópolis conserva sus tradiciones. En el sistema de valores de Hong Kong, la familia, la religión o el Feng Shui son tan importantes como el éxito social. El centro comercial más moderno a veces se encuentra al lado de un viejo templo o una tienda de farmacopea china. Al final del día, los hongkoneses se apresuran a probar una decocción de cuernos de tortuga o de ciervo aplastados que los curará de sus enfermedades...
En los cuatro rincones del territorio, los paisajes reflejan estos contrastes: Hong Kong y su magnífica bahía erizada de rascacielos, el anárquico urbanismo de Kowloon, sin olvidar la salvaje belleza de las islas circundantes y los Nuevos Territorios.