TUMBAS REALES DE JINGJIANG
El origen de la línea de los príncipes de Jingjiang se remonta a la dinastía Ming. En 1369, el hermano mayor del fundador de la dinastía recibió del monarca la administración de la región. Es el nacimiento de los principados de las fronteras destinadas a reforzar el control del poder central. Estos feudos debían supervisar a los administradores territoriales. Los príncipes de Jingjiang conservaron el poder hasta 1650. Los manchous, cuando llegaron a la región, saquearon y violaron las sepulturas, después de aplastar el movimiento legitimista de los Ming del Sur.
Estas tumbas se sometieron en su configuración y en su decoración al cañón de estética y al protocolo que se impone a Pekín en la época Ming. Bonito tejado enmarcado e impresionante estatuas de piedra que bordean el camino que conduce al mausoleo: elefantes, leones y animales fantásticos como el unicornio. Al final, están representados dos consejeros. La belleza de estas esculturas reside en su sencillez. En la actualidad, los comerciantes venden jade y el ambiente es más la de un mercado que de un mausoleo.