HÔTEL PUNTA GRANDE

En una lengua de tierra sobre el Atlántico, rodeado de rocas erosionadas y acantilados martillados, éste es el hotel más pequeño del mundo. Con su aire de fin del mundo, le sorprenderá la belleza del paisaje al contemplar este litoral donde las olas chocan contra las rocas Este hotel, con sus cuatro habitaciones, está decorado como un barco (cuerdas, linternas e incluso una escafandra antigua, cartas de navegación del siglo ^XIV...), y se alza en la punta de Punta Grande, ¡en el corazón del océano! Un lugar mágico donde la terraza inferior ofrece vistas panorámicas de las montañas, las rocas y simas por donde entran las olas, y el pueblecito. Todas las habitaciones tienen balcones con vistas al océano. Los afortunados huéspedes podrán comer aquí, ya que en la primera planta se extienden dos grandes terrazas, separadas por un gran salón de TV con cómodos sofás. Hay toda una historia en este lugar, que atrae la curiosidad de visitantes de todo el mundo. La primera casa de la isla medía sólo 40 m² cuando se construyó en 1830, y se amplió en 1884 para convertirse en centro de almacenamiento de muchos de los productos de la isla, antes de ser abandonada en 1930 con el declive económico del lugar en favor de la capital Valverde. Posteriormente, la familia Padrón se hizo cargo de "la maison de la pointe", que fue reformada por el arquitecto José Luis Jiménez Saavedra en un edificio totalmente integrado y respetuoso con el patrimonio histórico y natural de la zona, enclavado en un paisaje espectacular de olas indomables. Prueba de ello son los numerosos premios internacionales que ha recibido, entre ellos el récord al "hotel más pequeño del mundo" (véase Guinness World Records) en 1989. Es un auténtico museo, con sus numerosos objetos históricos y materiales naturales: roca, madera y lava. Los pescadores pueden lanzar sus sedales directamente desde la terraza o las rocas para traer pescado fresco, ¡y es mejor para ellos, ya que el mar puede estar muy agitado a veces! Un lugar único