BASÍLICA Y CONVENTO DE ST. GORGES
Una hermosa fachada barroca esconde una basílica románica (Bazilika svatého Jiříqui) considerada la mejor conservada de Bohemia. Alberga bajo sus enormes bóvedas la cripta de los reyes de la dinastía Přemyslides y los restos de Santa Ludmila de Bohemia. El convento junto a la basílica fue fundado en el año 973 y desde entonces ha sido objeto de numerosas reformas. Fue cerrada en 1782 bajo el reinado de José II para ser transformada en cuartel. Las últimas reconstrucciones datan de 1962 a 1974, cuando el convento fue restaurado y adaptado para albergar pinturas raras. Hoy en día, el edificio es el espacio de exposición de la colección de arte checo de Rudolf II hasta el final del periodo barroco. Las obras se exponen en las salas, algunas de las cuales conservan elementos románicos y góticos, otras fueron marcadas por el Renacimiento, y tampoco falta el barroco. Entre las pinturas de la época de Rodolfo II, podemos nombrar las pinturas de Hans von Aachen, Bartoloměj Spranger o Adrian de Vries. En cuanto al Barroco, destacan las obras de Karel Škréta, Ferdinand Maximilian Brokof o Petr Jan Brandl. La exposición es bastante grande: deje pasar al menos una hora. Si se observa la arquitectura interior del propio edificio, se observa que brilla por su gran austeridad, en contraste con los otros monumentos de Praga que responden generalmente al credo del rococó o barroco, mucho más dotado de una decoración ostentosa.