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ACRÓPOLIS

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Atenas, Grecia
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2024
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Los monumentos de la Acrópolis, símbolos universales de Atenas, son el legado cultural de la antigua Grecia a la humanidad.

Como ha podido comprobar, la Acrópolis tiene un fortificado natural en tres de sus vertientes, lo que obliga al visitante a acceder por el oeste. Esta privilegiada posición incitó a los humanos a instalarse en el lugar ya desde el Neolítico, época de la que se han hallado restos de viviendas en la vertiente noroeste.

La ciudad fue creciendo de forma importante hasta la época micénica, y a principios del siglo XIII a. C. se acondicionó la cima de la colina para construir el palacio del rey. Fue también es ese momento cuando la Acrópolis se dotó de sus primeras murallas, que rodeaban totalmente la colina y estaban reforzadas por un bastión, cuyos restos quedan bajo el pequeño templo de Atenea Niké.

Asimismo, se construyó una cisterna subterránea secreta que permitía a la ciudad disponer de agua en caso de sitio. Los vestigios micénicos que se encontraron en la Acrópolis son escasos debido a la gran cantidad de edificios construidos posteriormente, pero estos vestigios sugieren que Atenas no tenía nada que envidiar a otras grandes ciudades micénicas, como Tirinto o Micenas.

La civilización micénica decayó, pero la Acrópolis siguió habitada hasta la abolición de la monarquía y la instauración del régimen aristocrático. En ese momento, el centro neurálgico de la ciudad se desplaza hacia el Ágora, situada justo debajo de la Acrópolis. Es entonces cuando el término «acrópolis» (que significa «cima de la ciudad»), en oposición a la ciudad baja, se impone, y la Acrópolis se convierte en un lugar de culto. El primer templo de la Acrópolis fue construido en honor a Atenea en el siglo VIII a. C., según el testimonio de Homero, pero no fue hasta la época del gobierno de Pisístrato cuando apareció el culto a Atenea, protectora de la ciudad. En el 556 a. C. Pisístrato organiza las Panateneas y arregla el acceso occidental a la Acrópolis, construyendo también un templo dedicado a la diosa sobre el antiguo templo del siglo VIII (cerca del Erecteón). Tras derrotar a los persas en Maratón, Atenas vive una fiebre constructora sobre la Acrópolis: se erige el inmenso propileo que adorna la entrada del lugar, así como el viejo Partenón, hoy desaparecido y situado en la misma ubicación del actual. Lamentablemente, estos trabajos nunca fueron terminados, ya que los persas saquearon la ciudad en el 480 a. C. En su desgracia, los atenienses decidieron dejar los monumentos en su estado de ruina para recordar para siempre la afrenta. En cambio, las fortificaciones micénicas se reforzaron con nuevos muros usando materiales de los templos destruidos.

Bajo el gobierno de Pericles, la Acrópolis vio alzarse los monumentos que la convierten en la joya que es hoy: el actual Partenón, los propileos, el templo de Atenea Niké y el odeón de la vertiente sur se construyen bajo la supervisión del gran escultor Fidias.

Todas estas obras fueron posibles gracias a la explotación de las minas de plata de Laurion y al traspaso del tesoro de la Liga Ateniense de Delos a Atenas. Unidas en la alianza contra los persas, las ciudades griegas se sitúan bajo la protección de Atenea. Esta alianza da a Atenas una notable proyección política, de la que Pericles va a sacar provecho. Sin embargo, las guerras del Peloponeso frenan esta etapa de construcción, que terminará tras la muerte de Pericles en 429 a. C. La derrota de Atenas, en el 404, puso fin definitivamente a toda construcción en la Acrópolis. Posteriormente, Alejandro Magno, tras su victoria en Gránico en el 334 a. C., dedicó al Partenón algunos escudos persas y una parte de su botín de guerra. En el 304 a. C., Demetrio Poliorcetes hizo del Partenón su residencia y Eumenes II, rey de Pérgamo, construyó un pórtico en la vertiente sur. En el 86 a. C. los romanos, encabezados por Sila, saquean Atenas y masacran a sus habitantes en el recinto de la Acrópolis. A finales del siglo I a. C. se construye un templo circular dedicado a Roma y a Augusto; en el 52 a. C. se dota a los propileos de su monumental escalera de mármol, y no es hasta el 160-161 que Herodes Ático hace construir el odeón que vemos hoy en la vertiente sur de la Acrópolis.

La historia de la Acrópolis que sigue a continuación está marcada por una sucesión de ocupaciones desafortunadas que causaran daños irreparables al lugar: los bizantinos transforman los templos en iglesias cristianas, los turcos convierten el Partenón en una mezquita y luego en un polvorín, mientras que el Erecteón alberga el harén del comandante turco. El templo de Atenea Niké es derribado. En 1799 y 1802-1803, el embajador inglés Elgin obtiene la autorización del sultán para sacar las piezas esculpidas más bellas que aún adornan los monumentos y trasladarlas al British Museum. Durante la Guerra de Independencia, en 1827, un obús turco daña gravemente el pórtico de las Cariátides del Erecteón. Tras la liberación de Atenas, en 1833, el Estado griego recién formado empieza a restaurar los monumentos dañados y continúa con las excavaciones del lugar.

Hoy, la Acrópolis debe enfrentarse a problemas muy diferentes, como la contaminación. En efecto, el óxido de azufre daña la piedra de los monumentos y pone en riesgo la supervivencia del lugar.


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Visitado en abril 2024
Amazing best place to see all Athens
Visitado en abril 2024
Still not built.
Visitado en abril 2024
Great place to visit when in athens. Better buy tickets in advance
Visitado en abril 2024
Δέος...!!!
Visitado en abril 2024
Sehr Sehenswert!
Jedoch sehr stark Besucht!!
Schöne Aussicht...
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