Qué ver y hacer Brijuni

Esta propiedad era la residencia de verano del mariscal Tito. Aquí recibió a muchos gobernantes extranjeros y estableció la pequeña isla del archipiélago como segunda capital de la federación. Tras admirar su reluciente Cadillac (regalo del presidente Eisenhower), el visitante escucha los comentarios del guía sobre el mobiliario, y puede observa los documentos y las fotos de los archivos, donde vemos al presidente junto a la reina Isabel, Nehru, Haile Selassie, Nasser o Willy Brandt, así como toda la élite del cine de la época (1950-1970).

Ubicado en un entorno verde, este gran mausoleo perteneció a una familia aristocrática austrohúngara que vivió y trabajó en la isla. La tumba monumental, con su columnata neoclásica, rinde homenaje al benefactor de Veliki Brijun, el industrial austriaco Paul Kupelwieser. A finales del siglo XIX, este mecenas financió importantes obras para limpiar el aire, apoyando las investigaciones del médico alemán Heinrich Hermann Robert Koch, que liberó Brijuni de la malaria.

Las ruinas de la iglesia original están bien conservadas. Su construcción se remonta al siglo V o VI. Se puede admirar el arco de medio punto de la nave e imaginar la capacidad de este lugar de culto público donde se reunían los primeros cristianos. A principios de la Edad Media, la basílica fue renovada, antes de pasar a manos de los templarios en el siglo XIII. Fue abandonada en 1312. Al lado estaba el cementerio de la isla.

Orgulloso de su ambiente costero tradicional, con algunos cafés y restaurantes en el puerto, su paseo marítimo, sus playas y su puesta de sol sobre el archipiélago, Fažana es el puerto más cercano a las islas. Esta agencia, situada frente al muelle, expide las entradas para el parque nacional. Si desea alojarse aquí, puede encontrar los hoteles Amfora o Marina, el hostal Vala, la villa Phasina o incluso alquileres vacacionales.