Atracciones turísticas y monumentos Barcelona

La Rambla de Catalunya parte de la Plaça de Catalunya y discurre paralela al Passeig de Gràcia hasta llegar a la Avenida Diagonal. Al igual que esta última, es una de las principales calles comerciales de la ciudad. Además de muchas tiendas, encontrará bares y cafés con sus respectivas terrazas, todos ellos situados en la mediana central. La avenida está salpicada de edificios modernistas, como la Casa Serra de Josep Puig i Cadafalch, en el número 126, o la farmacia de Bolós, en el número 77, y su hermosa fachada decorada con vidrieras.

El antiguo pueblo de Gràcia era un municipio de pleno derecho hasta 1897. Las calles estrechas y las pequeñas plazas contrastan con el fasto arquitectónico del Eixample. Es uno de los bastiones republicanos del siglo XIX. Es un barrio poco turístico, ya que es más bien residencial y popular, pero su encanto es innegable. En este barrio, las fiestas de Gràcia besan las calles, cada año en el mes de agosto: entre los más populares.

El Museo de Historia de Barcelona cuenta con varias sedes. El complejo de la Plaça del Rei contiene los restos arqueológicos de la ciudad romana en el sótano, el Palacio Real del siglo XIV, donde se puede admirar el Salón del Tinell, y la Capilla de Santa Águeda. Varias colecciones de objetos medievales se exponen en las salas de la Casa Padellàs, una casa gótica del siglo XV que fue trasladada piedra a piedra tras la construcción de la Vía Laietana en 1931.

El museo se encuentra en los arsenales de la Corona de Aragón, construidos en el siglo XIII por orden de Pedro el Grande. Modificadas hasta el siglo XVIII, las Drassanes son una joya de la ingeniería civil y uno de los pocos ejemplos de infraestructura naval de estilo gótico. El museo recorre la historia marítima catalana a través de una importante colección de mapas, maquetas y pinturas. No dude en visitar la goleta Santa Eulàlia, de 1918, uno de los primeros barcos restaurados y reflotados por el museo.

Con una superficie de tres hectáreas, la plaza de Cataluña, que une el centro histórico con el Eixample, es el punto de partida de las principales vías de la ciudad. La primera etapa de urbanización de la plaza data de 1902, seguida de varios proyectos, como el de Josep Puig i Cadafalch en 1923. Finalmente, la inauguración por parte de Alfonso XIII no tuvo lugar hasta 1927. Considerada el epicentro social y cultural de la ciudad, esta plaza es un auténtico museo al aire libre con esculturas de Clarà, Marès, Gargallo y Llimona, entre otros.

La estación que aseguró la primera conexión entre Barcelona y Mataró fue sustituida en 1929 por una nueva estación llamada Gare de France. Esta estación de Art Decó, restaurada en 1992 y a pesar de un tráfico muy reducido, ha conservado mucho encanto con su estructura metálica y su cristalera superior a más de 30 m.

Frente al puerto elegido por Cristóbal Colón para desembarcar a su regreso de las Américas, se encuentra el monumento en su honor, erigido por Gaietà Buïgas. Ocho leones de bronce hacen guardia al pie de la columna de estilo corintio. La columna de 51 metros de altura se inauguró con motivo de la Exposición Universal de 1888. Tómate tu tiempo para observar los bajorrelieves: ilustran los momentos clave de la vida del explorador. Las figuras de los Reyes Católicos y otros personajes clave en el descubrimiento del Nuevo Mundo rodean el pedestal. En la parte inferior de la columna están talladas las armas de Cataluña, que enmarcan las carabelas. En la parte superior del monumento, la figura de Colón, una escultura de siete metros de altura de Rafael Atché, emerge de la corona del Condado de Barcelona. El navegante sostiene un mapa en su mano izquierda y señala el mar con la otra. Inesperadamente, aunque uno podría estar tentado de pensar que está señalando a América, es Italia, su tierra natal, y más concretamente Génova, la que se muestra. Un ascensor permite acceder al mirador. No se preocupe: el ascenso, que tardaba cuatro minutos con el antiguo sistema hidráulico, ahora sólo dura unos segundos Una vez en la cima, podrá disfrutar de una impresionante vista de toda la ciudad, con las siluetas de la Sagrada Familia, la Torre Agbar y el Castillo de Montjuïc al sur. En la medida de lo posible, evita las horas punta: ¡no siempre es fácil acercarse a las ventanas!

Este parque se construyó en 1986, en la ubicación de los antiguos almacenes de ferrocarriles. Se han conservado algunos elementos en este paisaje urbano en forma de cascadas y del patio árabe.

Este parque muy agradable se construyó en 1919, al mismo tiempo que el palacio real destinado a Alfononse XIII. La Font del Drac (fuente del Dragón) fue diseñada por Gaudí.