2024

NECRÓPOLIS DE BENI HASSAN

Necrópolis y Catacumbas a visitar

Situada en la orilla derecha del Nilo, a unos veinte kilómetros al sur de la ciudad de Al-Minya, la necrópolis de Beni Hassan es un conjunto de tumbas principescas que datan del año 2.500 a.C. aproximadamente. Consta de 39 tumbas excavadas en la parte superior de una roca árida. El relieve y el color de esta roca que domina el Nilo la convierten en uno de los yacimientos más bellos de Egipto. Sólo doce tumbas presentan motivos decorativos y, de ellas, cuatro están abiertas al público. Por orden, se visitan la de Khety (n.º 17), la de Baqît III (n.º 15), un poco más adelante la de Khnum-Hotep (n.º 3) y la de Ammenemes (n.º 2). Las dos últimas son las más grandes y bellas. Estas tumbas fueron excavadas a principios del Reino Medio, a caballo entre las dinastías XI y XII (2060-1785 a.C.), para los nomarcas, representantes regionales del faraón. Su poder provocó la caída de varias dinastías a lo largo de la historia del Antiguo Egipto.

Al sur del cementerio hay un templo construido por Hatshepsut y Tutmosis III, dedicado a la diosa local Pakhet 1. Se conoce como la Cueva de Artemisa porque los griegos identificaban sincréticamente a Pakhet con Artemisa, y el templo es subterráneo.

Los numerosos tejidos y 38 momias hallados durante las excavaciones fueron sometidos a un estudio científico por el Louvre en la década de 1990. El estudio reveló que la momificación no era patrimonio exclusivo de la antigua religión egipcia, ya que los primeros cristianos de Egipto, los coptos, también fueron momificados. Si quiere saber más, vea el excelente documental: El misterio de las momias coptas de Antinoe. A veces se hace referencia a este lugar como Antinoe o Antinoupolis: en el lugar del suicidio de su amante, el emperador Adriano, que desarrolló la Pax Romana durante todo su reinado, construyó la ciudad memorial de Antinoe, de la que sólo quedan algunos muros de ladrillos de barro, moldeados por el viento.

Con escasos restos, la necrópolis de Beni Hassan interesará sobre todo a quienes busquen establecer una cronología en la evolución del arte funerario.

Quedarán cautivados por las proporciones de estas vastas tumbas, con una arquitectura bastante sencilla y pinturas sorprendentes. Entre ellas, una caravana de asiáticos, una cosecha de higos y una caza de patos. Las escenas de animales son asombrosamente vívidas, y las representaciones de luchadores en acción rozan a veces el cómic o el Kâma-Sûtra. Las gacelas se aparean, y los luchadores no se quedan quietos

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