Cómo llegar y contactar
El bistró La Potée, en Châtel-Guyon, ofrece una acogida encantadora, con entrantes, platos principales y postres ligeros y refinados.
El local, con su ambiente retro y sus manteles a cuadros, encarna el espíritu de convivencia de antaño. Dirigido por Yohann Kermarrec, entre las especialidades del restaurante destacan la Guyonade -un queso St. Nectaire asado y servido con patatas- y la truffade, un plato clásico de la región. La carta también incluye sabrosos entrantes, carnes de calidad, pescados y elegantes postres. En el comedor, Quentin ofrece una acogida profesional y sonriente. El equipo estará encantado de ofrecerle una copa después de la cena antes de que se marche. La Potée también ofrece un servicio de catering.
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
Para más información
Información y horarios en BISTROT LA POTÉE
Abierto de jueves a lunes para almuerzos y cenas. De junio a septiembre: 7 días a la semana. Menú a la carta: unos 35 €. Menú del día: 20 €. Guyonnade 24€/pers. 35€/2 pers. Truffade 18,50 €.
Nuestras ofertas y servicios
Navidad: foie gras y salmón para llevar
Para las fiestas, ofrecemos los siguientes platos para llevar:
- foie gras casero
- salmón casero
Catering
El chef Yohann Kermarrec ofrece un servicio de catering.
No dude en ponerse en contacto con él para solicitar un presupuesto
Opiniones de los miembros sobre BISTROT LA POTÉE
Las calificaciones y reseñas a continuación reflejan las opiniones subjetivas de los miembros y no la opinión de The Little Witty.
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Grand choix de vins , de bière locales et spiritueux ( la verveine en digestif!! Ou aussi le whisky tourbé !
Nous avons adoré et y sommes retourné le lendemain soir!????
Accueil sympathique et souriant dans un décor vintage. Carte relativement limitée de façon à rendre le choix plus facile. Assiettes très bien présentées, généreuses et raffinées à la fois. Un Régal absolu... Un seul regret, nous n'avons pas pris de photos de nos plats.
Le Chef a pris le temps de venir nous voir et nous demander si tout allait bien...
C'était une première mais elle se répétera sans aucun doute. Ça vaut le détour. Vraiment...
Une madeleine de Proust.