Diversión y salidas Manila

En el corazón de Bonifacio Global City, el Palace es un enorme complejo de ocio (¡el mayor del país!) con nada menos que cinco bares y clubes. The Island es uno de ellos. Enclavado en la azotea e inspirado en los beach clubs de Bali o Saint-Tropez, el Island tiene la originalidad de contener una piscina que le da cierto caché. A su alrededor, una gran pista de baile donde balancearse y un montón de pequeños bares (chupitos, tequila, ron...). El lugar ideal para salir de fiesta antes de continuar la noche en Xylo, el club número uno del Palacio.

Cristales tintados, personal sacudiendo la cabeza... has venido al lugar adecuado: éste es el bar de rock de este lado de la ciudad. Cada noche, una banda -más o menos profesional- para hacerte vivir veladas llenas de riffs de guitarra, versiones de Nirvana y música que hace vibrar tus tímpanos. El programa varía de una noche a otra, y nuestra opinión también. En cualquier caso, es un buen lugar para empezar la noche con amigos, si te gusta este tipo de ambiente, animado y no demasiado lujoso.

El Centro Cultural de Filipinas (CCP) lleva casi 60 años promoviendo y preservando las artes filipinas en todas sus formas. El edificio, moderno pero algo austero, alberga multitud de espacios de exposición, actuación y creación. Se pueden ver todo tipo de espectáculos (danza, música, teatro), instalaciones, películas, etc. El calendario en línea es completo y detallado. Una oportunidad para encontrarse con el arte filipino.

Como ya te hemos dicho, los filipinos son fans absolutos del karaoke, en la ciudad en lugares como éste, e incluso en las playas más aisladas, donde puedes encontrar cajas de karaoke que parecen salidas de otra época. Así que esta es su oportunidad de probar suerte en este arte tan especial. Se ofrecen paquetes con varias horas de música y canciones, bebidas y aperitivos. Es la promesa de una típica velada (¡o noche!) filipina.

Papakape, que en tagalo significa "ofrecer café", es un antiguo garaje reformado en una choza de cristal que alberga un bar cafetería. Tiene un jardín muy pequeño con exuberante vegetación, escondido en el corazón de Makati. Las pocas mesas son muy agradables, y es muy tranquilo. El menú consiste principalmente en cafés, pero también algunos zumos y tés helados. Los cafés son pocos, pero algunas recetas son bastante originales y sabrosas, como el café infusionado con jengibre, disponible en versión caliente o fría.

Incluso antes de entrar, uno se siente atraído por el tamaño y la ostentación del lugar. El casino del gigantesco complejo City of Dreams (que incluye varios hoteles, centros comerciales, restaurantes, etc.) abrió sus puertas en 2015 y está abierto a todos los jugadores (mayores de edad, por supuesto). Te esperan nada menos que 365 mesas, con todos los juegos habituales, como blackjack, bacará, ruleta o póquer, además de más de 1.600 máquinas tragaperras. Todo forma parte de una gran noche al estilo de Las Vegas en la capital de Filipinas.

Situada en la azotea del TRYP, junto al gran Mall of Asia, Encaramada tiene probablemente una de las mejores vistas de 360 grados de la bahía de Manila. Al atardecer, la vista es realmente encantadora. En cuanto al ambiente, no hay música alta ni bullicio, y el lugar es ideal para tomar algo tranquilamente tras un agotador día recorriendo las calles de la bulliciosa Manila. En la carta hay refrescantes cócteles, cervezas, vinos y zumos, además de algunas tapas. La principal razón para venir son las vistas.

Es un bar-restaurante donde varias bandas tocan en directo todas las noches. El ambiente es un poco ruidoso, pero también cálido. La carne a la parrilla y la cerveza son la especialidad. Y las bandejas de aperitivos para compartir son bastante tentadoras. El nombre te da el tono, se trata de un bar 100% filipino, con un ambiente muy local, lejos de las nuevas coctelerías y otros locales de moda que abundan en la zona. Te dejamos que te hagas tu propia idea...

Escondido al final del encantador callejón de San Luis, muy discreto desde la calle principal frente a la iglesia de San Agustín, este café es decididamente reservado. Enclavado en una alcoba, parece salido directamente de la época española, con su bonita decoración anticuada y sus muebles de madera. Lo recomendamos como lugar para saciar la sed durante el día, no para comer. Disfrutar de una bebida refrescante en su romántico y tranquilo patio es olvidar, por un momento, que se está en una de las ciudades más densas y ruidosas del mundo.

Enclavado en el corazón de Poblacion, este bar es conocido por ser uno de los mejores lugares para tomar una copa (¡y preferiblemente un cóctel!) en la capital. De hecho, tienen su propia destilería desde 2016 y elaboran licores y aguardientes originales y únicos con plantas locales. Hay happy hours de 17:00 a 20:00, una amplia carta de cócteles y algunos son muy originales. La preparación de los cócteles es un espectáculo en sí mismo.

¡Una nueva dirección para los aficionados al café! En el pasaje de San Luis, este café bar moderno y a la última presenta una cuidada decoración con cuadros colgados en sus paredes de madera y ladrillo blanco. Es el lugar ideal para una parada tranquila. Algunas tentadoras pastas, galletas, todas las variantes posibles de café y otras bebidas como una deliciosa limonada de hibisco o diversos batidos. Los precios son bastante baratos. Una dirección sin pretensiones pero encantadora.

En el corazón de Poblacion, el antiguo barrio rojo que se ha convertido en el place to be, The Social es un acogedor y atípico espacio al aire libre. Estructurado en torno a contenedores de colores reconvertidos, consta de tres puestos de comida del mundo, una tienda pop-up y un bar de dos plantas donde, una vez caída la noche, locales y turistas de paso se mezclan para salir de fiesta. Con su gran mural, la decoración es claramente urbana callejera y el arte es la palabra clave. Un ambiente relajado para una velada de buen humor.

Es el primer (y único) bar costarricense de Manila. Como era de esperar, el ambiente es relajado, en la paleta de colores predominan el amarillo, el verde y el rojo, y la música latina y el reggae, que suenan regularmente en directo, son los reyes. El programa musical se actualiza cada semana y puede consultarse en sus redes sociales. La terraza es muy agradable y, como era de esperar, se ocupa rápidamente los fines de semana, tanto por turistas como por locales. La gente viene por los cócteles, la música, la terraza y, por supuesto, el ambiente... pura vida.

En esta crêperie, que se ha convertido un poco en una institución y siempre está abarrotada, los camareros con boina te sirven crêpes acompañados de sidra. Perfecto si ya estás nostálgico o simplemente quieres un cambio de la cocina filipina. En el lado dulce, pruebe el crepe de mango (¡con helado de mango por encima!) y en el salado, puede probar el Drácula con ajo, queso y tomate. Los más creativos también pueden crear sus propios crepes. Sólo por los nombres franceses del menú ya merece la pena visitarlo.