IGREJA NOSSA SENHORA DO CARMO

Construida en 1814, era, según los entendidos, la iglesia más bonita de la ciudad, hasta que un incendio en 1999 hizo que perdiera sus elementos más bellos, entre ellos un magnífico cuadro de Mestre Ataide. La iglesia de Nossa Senhora do Carmo se encuentra en la antigua plaza del Pelourinho, en Mariana (MG), actual plaza de Minas Gerais. Justo al lado se encuentra la iglesia de São Francisco de Assis, una proximidad poco frecuente en la historia de los edificios religiosos. En la plaza aún se conserva uno de los últimos piloris, una columna de piedra utilizada para castigar a los esclavos en la época colonial.
Sin duda, es "uno de los últimos bellos ejemplos del rococó en Minas Gerais". Se dice que la fachada del edificio es una "interpretación simplificada" de la iglesia de São Francisco de Assis, construida por el arquitecto y escultor Aleijadinho, en Ouro Preto (su obra arquitectónica más bella).
La iglesia es de planta rectangular, con la sacristía y el consistorio en los laterales. Las torres redondas de mampostería, con campanas también de piedra, se repliegan tras una fachada recta. La puerta está enmarcada por un medallón con los emblemas de la orden carmelita.
En el interior, justo dentro de la entrada, hay un gran cortavientos (una especie de pantalla de madera colocada delante de las puertas para proteger el entorno). El techo tiene una pintura ornamental de Nuestra Señora del Monte Carmelo rodeada de ángeles y nubes, entregando un escapulario. El altar mayor tiene una imagen de la patrona en el trono principal.
Establecida en Mariana desde 1751, la Tercera Orden de Nuestra Señora del Carmelo se reunía originalmente en la capilla de São Gonçalo. En 1759 se inició la construcción de una capilla provisional, sencilla y con sólo una torre central en la fachada, cuyas obras quedaron prácticamente terminadas al año siguiente. La construcción del templo definitivo se inició en 1784, con un proyecto de Félix Antônio Lisboa, medio hermano de Aleijadinho, el principal artista del período colonial brasileño.
En enero de 1999, un incendio destruyó la pintura del techo de la nave, los púlpitos, el suelo de madera, los altares laterales y el techo. El edificio de la iglesia se sometió entonces a una larga y costosa restauración que le devolvió su antiguo esplendor. El tejado, el revestimiento y el suelo fueron restaurados y un nuevo revestimiento ocupó el lugar del original. Los cuadros y los altares fueron restaurados.