Qué ver y hacer Iquitos

Estas dos localidades, situadas en la carretera del aeropuerto (a 12 y 16 km respectivamente del centro) son dos centros de producción artesanal tradicional. La mejor época para visitarlas es durante la estación seca (de mayo a noviembre), cuando se forman hermosas playas de arena blanca a lo largo del Río Nanay. Uni Suni o Santa Rita, a partir de Santa Clara, son las más tranquilas. Una carretera une los dos pueblos. Se puede llegar en taxi.

Este centro se creó originalmente para acoger a las crías de manatíes huérfanas a causa de la caza. Un éxito total! Algunos de ellos han vuelto a la naturaleza y ahora hay muchas visitas para ver a los pequeños jugar en su piscina o recibir un biberón. El proyecto se ha desarrollado y ahora acoge a otras especies como tortugas, monos, perezosos y otras víctimas del tráfico de animales en la región. Un gran proyecto para apoyar.

A lo largo del río, algunas villas de finales del siglo XIX siguen siendo testigos de la prosperidad pasada; hoy en día, están muy deterioradas y se utilizan como almacenes y tiendas. Sin embargo, se han llevado a cabo importantes obras de embellecimiento para restaurar un paseo marítimo desde el que se puede contemplar una impresionante vista del río Itaya, que desemboca en el Amazonas y en las barriadas flotantes de Belén. Cuando cae la tarde y refresca (ligeramente), el lugar se llena de transeúntes, espectáculos y vendedores ambulantes. No te quedes solo hasta muy tarde.

Un popular barrio flotante al que se puede llegar en canoa durante la temporada de lluvias desde El Huequito por el Río Itaya, o a pie desde el centro por el Malecón Tarapaca. No dude en pasearse por las callejuelas, especialmente por el pasaje Paquito, donde encontrará todo tipo de plantas medicinales (incluida la liana que se utiliza para preparar la ayahuasca). Durante la temporada de lluvias, la tierra desaparece. Las calles se convierten en canales y los vehículos son sustituidos por barcas que los niños reman con mano firme. Esta es, sin duda, la época más fotogénica del año para los turistas. Belén es un centro comercial muy activo, que hace las veces de puerto, mercado, zona residencial (¡hay incluso una discoteca flotante!) y punto de encuentro de pescadores, agricultores y comerciantes que descargan los productos forestales de sus canoas. Con sus casas sobre pilotes, Belén es el retrato exacto de un puerto amazónico tal y como lo concibe nuestra imaginación occidental: agitado, ruidoso, entrelazado, un poco fantasmal, un poco irreal, pero siempre fascinante... En la estación seca, el lugar le dará una impresión completamente diferente: colorido y animado, pero también muy sucio.

Para visitar la parte baja del mercado, por la seguridad de sus pertenencias, elija un guía local que pueda orientarle adecuadamente. Sobre todo, sé discreto con tu cámara. Como todos los mercados, la visita es más interesante por la mañana.