VILLA ADRIANA

Es la más rica y grande de las villas imperiales. Situada a 6 km de Tívoli, la villa del emperador Adriano se construyó en la primera mitad del siglo ^I d.C.: él mismo supervisó las obras. Adriano quiso reproducir los lugares y edificios que más le habían impresionado durante sus viajes por el Imperio: el Liceo, la Academia, la Prytana, el Paecile de Atenas, el canal de Canopus en el delta del Nilo, el Valle del Tiempo en Tesalia y el Inframundo descrito por los poetas. Residencia de recreo, el término "villa" se aplica aquí a una verdadera pequeña ciudad, con el palacio del emperador, el de su séquito, los cuarteles para los soldados y las termas (indispensables en la época); sin olvidar las actividades de ocio, con el teatro y los espacios reservados a los deportes como la piscina y el gimnasio. Exuberantes jardines con esculturas, grutas y pilas de agua rodean los edificios. El conjunto remite abiertamente a la Grecia clásica y al Egipto helenístico, según los deseos de su creador. La villa de Adriano refleja la refinada cultura de este emperador, que pensó en terminar allí sus días. A pesar de las diversas destrucciones sufridas a lo largo de los siglos (durante las invasiones bárbaras, pero también durante la Edad Media, cuando el lugar quedó reducido a una vasta cantera), la villa sigue siendo un espléndido testimonio de la grandeza y el esplendor de Roma.

Pœcile. La visita puede comenzar por el pórtico, un pórtico rectangular que encierra un jardín con un estanque central. Es una reproducción del pórtico de Atenas, llamado por sus pinturas el "pórtico multicolor".

Teatro marítimo. A través de la biblioteca, llegamos al Teatro Marítimo, un edificio circular con pórtico, rodeado por un canal en forma de anillo donde se eleva un islote. Este lugar era probablemente una especie de refugio donde el emperador podía dedicarse tranquilamente a sus actividades favoritas. Al sur del Teatro Marítimo, llegamos alheliocaminus, una zona aparentemente utilizada para tomar el sol. Más adelante se encuentran las grandes termas, dispuestas según la estructura tradicional de las termas romanas.

Canope. Desde las grandes termas se accede al canope, uno de los monumentos más originales de todo el complejo arqueológico de la villa de Adriano. Se trata de un pequeño valle artificial, estrecho y de 195 m de largo, inspirado en la ciudad egipcia de Canopus, cerca de Alejandría, donde, según los relatos de Estrabón, se alzaba un templo de Serapis, entonces muy venerado. Los peregrinos acudían al templo descendiendo por un canal derivado de un brazo del Nilo. Adriano quiso reconstruir este lugar de culto y esparcimiento en su villa. El canal desembocaba en el gran juego de agua del Serapeum, un templo con una exedra semicircular, rodeado de estatuas egipcias y representaciones de Antinoo, el favorito del emperador.

Otros monumentos. Otros monumentos importantes son el grandioso complejo del Palacio Imperial y la Plaza Dorada. Esta última se utilizaba como triclinio en verano y toma su nombre de la riqueza de las decoraciones y estancias que se han descubierto en ella. El gran patio interior estaba rodeado por un pórtico de seis columnas; en el centro había un jardín con estanque.

Pasadizos subterráneos. Una verdadera red de pasadizos subterráneos ha llegado hasta nuestros días; una solución funcional pensada por el emperador para poder desplazarse desapercibido en la superficie.