VILLA ROMANA DEL CASALE

A cinco kilómetros al suroeste de la ciudad de Piazza Armerina, inmersas en la campiña siciliana, emergen las ruinas de la villa romana de Casale, también conocida como "Philisophiana". Su construcción data del siglo III, y la villa es hoy conocida por sus 3.500^m2 de mosaicos. Es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1997, por lo que es una visita obligada en la región.

Historia. El nombre de "Philisophiana" aparece ya en el siglo ^IV d.C. en el itinerario de Antonino, una especie de hoja de ruta de la Sicilia de la época. La fama mundial de la villa romana procede de sus espléndidos mosaicos que, por la variedad de sus temas, su carácter narrativo y la diversidad de sus colores, forman un documento de valor incalculable que ocupa más de 3.500 metros cuadrados. De innegable valor artístico, son también un precioso testimonio de las costumbres de la época romana. Durante mucho tiempo reinó la incertidumbre en torno a este complejo residencial. Actualmente, las investigaciones apuntan a que la villa fue construida entre finales del siglo ^III y principios del ^IV d.C., y que se encontraba en el centro de un gran latifundio.

Para algunos, una hipótesis parece destacar sobre las demás, proponiendo el nombre de Aradius Valerius Popolunius, pagano de origen africano, primer Comes en la corte imperial de Constantino, miembro de la alta aristocracia senatorial romana y gobernador de Sicilia entre 327 y 331. Por otro lado, según el profesor Vinicio Gentile, esta villa se habría construido sobre los restos de una villa rústica centenaria. El propietario habría sido el emperador romano Máximo Hércules. Primero la habitaron el emperador y su familia, y después los romanos hasta el año 440, cuando los bárbaros (ostrogodos, vándalos, visigodos) invadieron Sicilia. La villa pasó entonces a manos de los bizantinos, y luego fue propiedad de los árabes. Entonces recibió el nombre de Casale des Sarrasins. Finalmente, fueron los normandos quienes tomaron posesión de ella, mientras mantuvieron el dominio de la isla hasta 1194. El monte Mangone se derrumbó sobre la Villa, que permaneció bajo tierra durante siete siglos.

Aunque hay indicios de la existencia de este antiguo complejo en algunos textos, su existencia no fue revelada hasta 1881 por obra del arquitecto Pappalardo. Fueron necesarias varias campañas de excavación para descubrirlo casi por completo. Es probable que algunas de las salas y alas del edificio aún no hayan sido descubiertas.

Visita. La villa se articula en tres grandes conjuntos interconectados: la entrada principal y el complejo termal; el núcleo central con el peristilo; la basílica y las estancias privadas, el triclinio y el peristilo elíptico. Se han instalado pasarelas que permiten ver los mosaicos desde arriba.

Empezamos por la zona termal, muy bien conservada, que sospechamos estaba destinada a huéspedes y extranjeros y no estaba conectada con el resto de la villa. Es una maravilla hidráulica.

La sala de unción apoya la teoría de que los baños eran tanto públicos como privados: en el mosaico, los esclavos (con nombre y uno con una especie de gorro cónico que indica su origen sirio) aparecen en una escena cotidiana. El mosaico del hombre que recibe un masaje es especialmente bello. En los ábsides, las escenas muestran a personas en su intimidad cotidiana, lo que contrasta con el carácter oficial de los espacios.

El lado izquierdo del gran peristilo está ocupado por una serie de habitaciones con bellos mosaicos de carácter erótico pertenecientes a un piso privado. El piso de la derecha, más monumental y de mayor tamaño, está decorado con mosaicos más teatrales que míticos, que representan, entre otros, el mito de Arión, que toca la lira, montado en un delfín y rodeado de otros personajes marinos. Las cabezas de los animales, rodeadas de coronas de laurel, indicaban el camino y facilitaban los desplazamientos por la villa.

En la sala más grande se conserva el mosaico del pavimento de la pequeña zona de caza, uno de los más bellos de la villa: se pueden admirar sus decoraciones vegetales, sus escenas de caza (captura de ciervos con red y caza con halcón). A continuación, siempre en el gran peristilo pero en el lado oeste, se abre un largo pasillo absidal, llamado promenorium de la gran caza, que contiene el mosaico más impresionante del conjunto. Mide 60 m de largo y representa la captura de animales salvajes destinados a los juegos del anfiteatro (a título informativo, estos últimos se embarcaban en Cartago y desembarcaban en Ostia, ya que nunca hubo animales salvajes en Sicilia).

En la parte sur del gran peristilo se abren diferentes salas, una de las cuales, llamada Sala de las Diez Jóvenes, invita a admirar el mosaico más famoso de la villa: diez jóvenes participan en pruebas gimnásticas con atuendos similares al bikini tal y como lo conocemos hoy.

Por último, el triniclio, que se encuentra en el lado oeste del peristilo, es una gran sala cuadrada con ábsides en tres lados y un gran mosaico que ilustra los trabajos de Hércules.