ZONA ARQUEOLÓGICA DE SEGESTE

En una colina, en el centro de un valle, se encuentra un templo Elímio del siglo^V a.C., un remanente de la capital de los indígenas que se habrían establecido aquí después de su huida de Troya durante la conquista griega. Según la mitología griega, los Elímios descienden de Elémos, el hijo ilegítimo de la diosa Afrodita y del príncipe troyano Anquises. Magníficamente conservado, es uno de los mejores ejemplos del estilo dórico que aún podemos admirar. Sólo eso justifica una parada en la ciudad. Parece, sin embargo, que nunca se terminó, ya que no se ha encontrado ningún rastro de decoración interior, y sus columnas no están estriadas. Desde la cima del Monte Barbaro se puede ver el teatro griego, tallado en la roca, en un magnífico escenario formado por la depresión del Valle de Segesta. Es posible llegar a pie, pero es aconsejable tomar el autobús de enlace en el calor, ya que los dos sitios están a 2 km de distancia. Bastante bien conservado, cada dos años este teatro se convierte en escenario de representaciones teatrales que recuerdan la atmósfera de aquellos siglos que vieron nacer el arte del escenario durante la temporada alta en verano. Por último, un gran santuario, que data de los siglos VI y^V a.C., completa el área arqueológica de Segesta, cuyas excavaciones están aún lejos de ser completadas. Para más información, puede encontrar libros interesantes en la librería situada al pie de la colina donde se encuentra el teatro, en la explanada.