SITIO DEL WORLD TRADE CENTER - ZONA CERO

Una extraña atmósfera rodeó la Zona Cero durante mucho tiempo tras los dramáticos atentados del 11 de septiembre de 2001 y el derrumbe de las torres, que causaron la muerte de casi 3.000 personas. Durante muchos años, la zona siguió siendo una enorme zona de seguridad, con barricadas y policías en cada esquina. La inauguración del memorial y sus estanques en 2011 fue el primer paso en el renacimiento del World Trade Center.

El 27 de febrero de 2003, el grupo de expertos encargado de decidir sobre la reconstrucción del World Trade Center hizo su elección. Memory Foundations, el proyecto de Daniel Libeskind y su equipo, fue elegido entre seis propuestas de algunos de los arquitectos más importantes del mundo. Su estética, sus prestaciones, su simbolismo y, sobre todo, su vínculo entre la memoria y el futuro debían convencer a los responsables neoyorquinos. Pero en julio de 2003, la situación volvió a cambiar bajo el impulso de Larry Silverstein, arrendador del lugar desde julio de 2001 (poco menos de dos meses antes del 11 de septiembre). El proyecto de Libeskind se abandonó en parte, aunque siguió supervisando la construcción general del One World Trade Center. En concreto, el arquitecto David Childs, de la agencia SOM, se hizo cargo del diseño del nuevo rascacielos. En septiembre de 2005, se dieron a conocer al público otros proyectos confiados a otros arquitectos de renombre: el recinto del World Trade Center iba a constar de siete edificios. Sin embargo, en mayo de 2009, con la crisis económica en pleno apogeo, los planes volvieron a cambiar y finalmente se erigieron seis torres.

La Zona Cero es ahora un lugar de conmemoración cargado de emoción y un símbolo político. Pero el emplazamiento del World Trade Center es también una ubicación inmobiliaria estratégica en el corazón del centro financiero más importante del mundo. De ahí el gran dilema entre el lugar destinado al recuerdo y el reservado a oficinas y espacios comerciales. La reconstrucción resultó extremadamente complicada y controvertida, desgarrada entre las fricciones de los diseñadores, el peso de la crisis económica, los intereses financieros y las emociones de los ciudadanos y las víctimas. Además de la crisis, llegar a un acuerdo con las compañías de seguros también llevó su tiempo.

Hoy, el mundo entero acude a admirar las nuevas torres y monumentos conmemorativos, símbolos de la resistencia de la ciudad.