LA FUNDACIÓN MANIGLIER

Este centro cultural único celebra la alianza entre un edificio local (un antiguo ingenio azucarero declarado patrimonio de Mauricio) y una obra de renombre internacional (la del pintor Maniglier, antiguo alumno de Matisse): una fundación sorprendente que cautiva desde el primer minuto, cuando las decenas de lienzos de las antiguas paredes de piedra basáltica encuentran un espacio de exposición que optimiza sus colores, texturas y composición creativa.

Centro de vida y de debate dedicado por entero al estudio del arte, la fundación es un espacio polivalente compuesto por un museo, una biblioteca convertible en sala de conferencias y varios comedores. Se accede por un patio con vistas a las ruinas, donde descansa una piscina rodeada de un jardín privado. En el mismo nivel, un primer volumen alberga un salón biblioteca, que conduce a un segundo espacio donde se encuentra el restaurante gastronómico Café des Arts. Éste se prolonga con una pequeña sala casi privada (que puede hacerse privada) y una enorme terraza. Por todas partes cuelgan lienzos que atestiguan la evolución y las sucesivas influencias artísticas que impregnan la obra de Maniglier. Podrá descubrir los cuadros mientras disfruta de una copa con la mecenas del pintor, Jocelyn González (coleccionista privada propietaria de la mayoría de los cuadros), o durante una comida a base de productos locales frescos y presentada en una magnífica vajilla diseñada específicamente para la fundación. La amplitud del espacio, alto pero de tamaño humano y nunca agobiante, el diseño del mobiliario y los accesorios, la belleza y diversidad de los cuadros expuestos y el encanto crudo del antiguo edificio se combinan para hacer de éste un lugar excepcional y atemporal, un catalizador de emociones.

El Victoria 1840 está abierto a los turistas con cita previa, pero no al público en general. Es una de las curiosidades más selectas de la isla: una institución con una finalidad filosófica y pedagógica, reservada a los amantes del arte y a quienes gustan de un cierto tipo de exclusividad estética.

¿Quién es Maniglier (1923 - 2008)? Descendiente del conde Louis Verjus de Crécy (ministro plenipotenciario de Luis XIV), Maniglier nació en Borgoña en 1923. Pronto se apasionó por el dibujo y la pintura, disciplinas para las que mostraba una aptitud natural. En 1950, la Galerie des Etats-Unis Stolliard de Cannes le presentó a Matisse. Matisse quedó cautivado por su joven talento como pintora y la acogió en su estudio de Cimiez (Niza), donde le dio inestimables consejos durante más de un año. Maniglier sería la última alumna privada del maestro. Tras una estancia en Roma, Maniglier estudió durante largo tiempo en la Academia de San Marcos de Miguel Ángel, en Florencia, con el maestro Primo Conti. Conti le enseñó el academicismo del arte clásico. A continuación, Maniglier ingresó en la Academia de Bellas Artes de Stuttgart, donde Manfred Henninger le introdujo en la abstracción lírica. Enriquecido por estas lecciones, el artista exploró entonces diferentes vías, que se plasmaron en una obra que evolucionó de muy diversas maneras.

Además de la fundación, donde el artista instaló parte de su estudio durante los últimos años de su vida, Maniglier ha expuesto en algunas de las galerías internacionales más prestigiosas, como Parker New York, las Salles Royales de la Madeleine y el Grand Palais.

In situ, el Café des Arts.