ZONA ARQUEOLÓGICA DE TULUM

Ciudad fortificada con vistas al mar, Tulum es un puerto realmente magnífico y único: es el complejo arqueológico más imponente de la costa oriental, que domina el Caribe desde los acantilados en los que se asienta. El nombre prehispánico de esta ciudad era Zama, que significa "amanecer", un nombre lógico ya que su situación geográfica permite observar la salida del sol todos los días. Tulum, el nombre que se le dio cuando la ciudad ya estaba en ruinas, se traduce como "empalizada", en referencia a los tres lados del sitio que están rodeados por murallas, con torres de vigilancia en las esquinas; el otro lado está abierto a una cornisa que da al mar.
Tulum alcanzó su máximo esplendor en el periodo Postclásico Tardío (desde el año 1200 hasta la Conquista), habitado por unas 8.000 personas (200-300 de las cuales estaban privilegiadas dentro de las murallas de la ciudad). Las actividades comerciales se realizaban en regiones lejanas: a lo largo de la ruta marítima costera que unía Honduras (obsidiana y jade de Guatemala) con el Altiplano central (anillos de cobre) a través de la península de Yucatán (sílex y vajilla de cerámica). La ciudad es representativa del estilo arquitectónico de la "costa oriental" maya, que se caracteriza por edificios pequeños con tejados planos. Tulum es una de las pocas ciudades mayas que aún estaban habitadas a la llegada de los españoles, como los otros puertos del sur, Xelhá y Xcaret.

La visita : Entramos en el yacimiento por el lado oeste, donde nos encontramos por primera vez con la Casa de Chultún. Justo enfrente está el Palacio de los Frescos y luego, en fila hacia el norte, se enfrentan la Casa de las Columnas y la Casa de Halach Uinic; justo después de la Gran Plataforma está la Casa Noreste, casi pegada a la pared. Desde allí, en dirección al mar, se puede visitar la Casa del Cenote, desde la que se accede al Templo de los Dioses Descendientes cruzando la Plataforma de los Caracoles; ésta abre el camino al famoso Castillo, el edificio más importante del recinto. La pequeña cala para el baño está abajo, dominada por el Templo del Dios Viento. Merece la pena llevar un guía. El periodo más agradable es de diciembre a febrero. En julio y agosto, es difícil prestar atención a las explicaciones del guía, ya que las temperaturas rondan los 40 °C En temporada alta, las aglomeraciones turísticas estropean un poco la visita, pero el sitio es tan bello que uno sólo puede entender la locura.