EL MALECÓN
Esta inmensa arteria de quince kilómetros de longitud recorre el mar Caribe desde la zona colonial hasta las afueras de la ciudad. En los mapas aparece como avenida de George Washington (y también incluye el paseo del Presidente Billini en el sur de la zona colonial), pero para los dominicanos es el Malecón. En la época de Trujillo se erigieron dos obeliscos. El primero, titulado La Hembra por sus dos columnas, celebraba el pago de la deuda externa del país. Marca el inicio de la ciudad colonial y el comienzo de las murallas que una vez protegieron la ciudad española. El segundo obelisco, titulado El Macho (porque está formado por una sola columna), fue erigido en 1936 y celebraba el primer aniversario del nuevo nombre de la capital: Ciudad Trujillo. Las familias y los amantes vienen a pasear en la parte central del Malecón, es decir, entre la ciudad colonial y la avenida de Lincoln. Este es el lugar para volar cometas y disfrutar de la vida nocturna en los bares, heladerías, restaurantes, cines y discotecas. Tenga cuidado, ya que no hay muchas zonas de sombra y el sol golpea fuerte.
Durante los carnavales, las comparsas desfilan por el Malecón de la capital al son de los ritmos criollos y los tambores africanos. Se instalan plataformas a lo largo de todo el mar, las orquestas actúan todas las noches, los puestos de bebidas invaden las aceras y las calles, donde la gente sigue bailando y bebiendo hasta la madrugada.