PRISIÓN DE ANNAMITA - CAMP CRIQUE EEL CREEK

La historia de este centro penitenciario está relativamente mal descrita en la literatura guyanesa, con frecuentes contradicciones. El establecimiento se creó en 1931 con el objetivo de deportar a ciudadanos indochinos que habían cometido delitos o se habían manifestado demasiado a favor de la independencia. La mayoría de estos prisioneros procedían de la región de Annam, situada en el centro del actual Vietnam, lo que explica el nombre dado a este campo de detención.

La colonia penal funcionó hasta 1938, pero para la mayoría de los deportados, el viaje a la Guayana Francesa era sólo de ida. Siempre en busca de mano de obra, las autoridades coloniales esperaban que los presos liberados se quedaran para desarrollar la tierra. Cuando este plan adoptó la forma de un régimen obligatorio, los prisioneros se rebelaron violentamente, pero su insurrección fue aplastada sin piedad. Las condiciones de detención eran extremadamente difíciles en el campo de Annam. La austeridad de los calabozos, el trabajo agotador y la férrea disciplina se sumaban a un clima propicio al desarrollo de numerosas enfermedades, entre ellas el paludismo, que causó estragos en el sector.

Esparcidos aquí y allá, los restos de la colonia penal están ahora abandonados. Oxidados y cubiertos de maleza, ofrecen un aspecto sorprendentemente lúgubre. A la entrada del sendero, un auténtico túnel forestal, un cartel ofrece algunos datos históricos sobre la prisión. Hay dos itinerarios sucesivos. El primero dura unos 40 minutos. Tras este agradable paseo, se llega a un claro donde se agrupan la mayoría de los restos de la colonia penal. Descubrirá vagones, celdas, etc. También puede tomar la segunda parte del sendero, que durante un rato sigue una antigua vía férrea tendida por los convictos (entre 30 y 40 minutos a pie). El sendero termina en la pequeña cala de Anguille, donde podrá bañarse y hacer un picnic. Si se anima a darse un chapuzón, tenga cuidado, ya que las rayas y las anguilas pueden estar al acecho bajo los bancos de arena Aunque el sendero no está muy bien señalizado, es difícil perderse si se atiene a los listones de madera del suelo, que le indican el camino. Es un paseo fácil pero, como en cualquier caminata, es mejor ir bien calzado, ya que el circuito completo es de 7 km.