CEMENTERIO DE LOS ABURRIDOS

Este cementerio goza de reputación internacional. Está situado en el corazón del pueblo, último refugio de los Blancs-Matignon. Construido en la ladera, impresiona por sus 1.800 tumbas de azulejos blancos y negros (¡y a veces rosas y azules!). Este cementerio se menciona en guías de todo el mundo. Según los historiadores, la primera tumba fue colocada en 1847, 20 años después de la construcción de la ciudad, por una familia de békés. Sorprendentemente, algunas de las bóvedas parecen pequeñas casas, y otras fueron construidas por arquitectos. Desde el agricultor al músico, pasando por el plantador béké, todos los estratos de la sociedad están representados en este increíble lugar. Pero el momento más importante del año es el Día de Todos los Santos, cuando cada bóveda se limpia y se vuelve a pintar si es necesario. El cementerio se ilumina con mil y una velas los días¹ y 2 de noviembre, porque el 2 de noviembre, fiesta de los difuntos, es festivo en Guadalupe; las familias acuden a visitar a sus difuntos justo al caer la noche, con impresionantes ramos de flores. Es un momento animado, con vendedores de bokits, pistachos y sinobol (por bola de nieve, un popular granizado de helado de sirope). Lejos de la penumbra de los cementerios metropolitanos, este espléndido anfiteatro en la ladera de una colina, salpicado de vegetación, sigue asombrando a todos los visitantes.