Pronto llegará el frío y con él las ganas de ir a la montaña para disfrutar de los deportes de invierno, de los paseos con el sonido de la nieve crujiendo y de las veladas para maquillar el mundo alrededor del fuego y de una buena fondue. Las montañas, y más concretamente aquí los Alpes, son también estaciones con arquitectura de madera, con un ambiente cálido y reconfortante. ¿Qué mejor manera de disfrutar de unas vacaciones de esquí que en un chalet con la familia o los amigos? ¿Quiere aire fresco, espacios amplios, desahogarse en las pistas y tener el placer de estar en un ambiente acogedor al final del día? He aquí 3 buenas razones para alquilar un chalet en los Alpes para una futura escapada

1- Instalarse en un alojamiento típico en medio de las montañas

Alquilar un chalet de esquí es, ante todo, una buena forma de desconectar de la vida cotidiana. Es un cambio completo de escenario, ya que te instalas en una casa hecha de madera y piedra. Un lugar cálido donde reunirse después de un día de deporte para entrar en calor frente a la chimenea y en torno a una buena especialidad local.

Un típico chalet de montaña es una invitación a acurrucarse y disfrutar de muchos momentos de complicidad con la familia y/o los amigos. Algunos pueden acomodar hasta 15-19 personas. ¡Esta es una oportunidad para compartir los gastos e instalarse en un lugar de lujo con un confort impecable!

Un chalet en la montaña ofrece la ventaja de despertarse con la vista de los picos nevados, y luego tener un rápido acceso a las pistas y a las principales instalaciones turísticas. En un abrir y cerrar de ojos, estará en la nieve polvo para practicar esquí alpino, snowboard, esquí de fondo, raquetas de nieve o trineo. Si el chalet no está cerca de la estación, hay lanzaderas disponibles para llevarle a las pistas

2- El chalet: unas vacaciones cómodas e independientes

Además de su aspecto típico y exótico, el chalet de esquí permite sentirse rápidamente como en casa. Cocina, salón, comedor, dormitorios, baños: los veraneantes tienen todo lo que necesitan para pasar unas vacaciones relajadas. Los espacios son más grandes que en los pisos y estudios de una residencia. Enseguida te sientes más independiente y evitas el ruido del ir y venir por los pasillos y el ruido del ascensor.

En los alojamientos más lujosos también hay balcones, perfectos para disfrutar de las increíbles vistas con una taza de café o un vaso de vino caliente en la mano. Algunos chalets de alquiler también ofrecen instalaciones como piscina, jacuzzi, sauna o sala de vapor. La forma ideal de relajar los músculos al final del día y recargar las pilas para el día siguiente.

3- Los Alpes: un destino favorito para los amantes de la montaña

De los distintos macizos que tiene Francia, los Alpes atraen a un gran número de veraneantes amantes de la alta montaña. Alquilando un chalet de esquí en los Alpes, podrá disfrutar de la vista de cumbres míticas, de un esquí adaptado a todos los niveles y de estimulantes paseos en el corazón de los bosques de coníferas y a orillas de los lagos alpinos.

Durante la temporada de invierno, muchas estaciones de los Alpes se llenan de actividad. En La Plagne, encontrará un ambiente único en cada uno de los once pueblos que componen la estación. Todos los deportes de invierno son de rigor y puede variar los placeres uniéndose a la pista de bobsleigh o a los Baños y Spa de La Plagne, 1 500m2 dedicados al bienestar. En Val d'Isère, también podrá beneficiarse de unas condiciones óptimas para esquiar y practicar actividades originales como la escalada en hielo, el fat bike o el snow kiting. Tignes es otra estación a la que hay que acudir por su abundante nieve, su generoso sol y sus pistas aptas para principiantes y expertos. Entre sesión y sesión, puede aprovechar para descubrir otras actividades insólitas en la montaña, como el buceo en hielo o la equitación en la nieve.