PARC NATIONAL DE LA VANOISE

Creado en 1963, el Parque Nacional de la Vanoise fue pionero entre los parques nacionales franceses, siguiendo el ejemplo del Gran Paradiso italiano. Inicialmente centrado en la protección del patrimonio natural y el ecosistema, actualmente incluye la conservación del patrimonio cultural y los paisajes. Actualmente cuenta con 28 municipios miembros y abarca más de 145.000 hectáreas. Enclavada entre los altos valles de Maurienne y Tarentaise, alberga imponentes picos que superan los 3.000 metros y conserva un número importante de glaciares, aunque éstos disminuyen rápidamente. La mayor parte de Pralognan-la-Vanoise se encuentra dentro de sus límites, lo que representa el 70% de su territorio. La creación del Parque se debió al alarmante declive de las poblaciones de cabra montés y rebeco. Afortunadamente, estas dos especies han repoblado desde entonces las escarpadas laderas de la Vanoise. Observarlos requiere discreción y respeto, sobre todo durante su periodo de rumia, crucial para acumular las reservas de grasa que necesitan para sobrevivir al invierno en la nieve. A diferencia de los íbices, los rebecos son más tímidos y huyen cuando se les aborda. El Parque también alberga otras especies animales, como marmotas, zorros y tejones, así como una rica avifauna que incluye murciélagos, varias parejas de quebrantahuesos, una veintena de parejas de águilas reales, urogallos negros y multitud de insectos. En cuanto a la flora, el Parque cuenta con 1.200 especies vegetales catalogadas, 200 de las cuales son notables o endémicas, incluidas especies protegidas como la columbina alpina, la juncia bicolor y el cardo azul. El Parque Nacional de la Vanoise ofrece una amplia gama de actividades, tanto gratuitas como supervisadas. Se recomienda a los visitantes que lleven prismáticos y mapas a escala 1:25.000 o guías topográficas. Varios refugios son accesibles tanto en verano como en invierno, aunque algunos sólo están abiertos durante la temporada estival. El equipo imprescindible incluye ropa de abrigo, una mochila ligera y calzado adecuado, pero se recomienda precaución Por último, es imperativo respetar la reglamentación específica del Parque Nacional, en particular en lo que se refiere a la prohibición de perros, el respeto de los senderos, la prohibición de acampar, de hacer fuego, de recoger plantas o minerales y el uso restringido de bicicletas de montaña a los lugares designados.