La dirección no es desconocida, ya que se sucedieron varias enseñanzas, pero el Fué descubrió con gusto la última en la fecha: Casa Bianca. Flota como un aire de vacaciones, de dolce vita, en esta casa llena de blanqueadores y colores de Italia. La Casa Bianca, anunciando "Albergo tivo, restaurante y club", juega con alegría en los tres cuadros, abriendo sus puertas a amplios horarios para que nos aprovechen de su bonita terraza o de una sala -podríamos decir varias salas- con dimensiones impresionantes. Bienvenida sonriendo para servirnos tapas en el bar alrededor de una buena copa de vino. Momentos que dividen entre amigos en un ambiente cada vez más festivo a medida que el día (y la noche con cierre del club a las h) avanza. A mediodía, hay sugerencias a la pizarra según el mercado y la inspiración del chef. A mediodía y por la noche, una carta de cocina tradicional con acentos italianos: antipasti, bruschetta, pero también un foie gras para empezar. Tartares, hamburguesa de buey o chef (red de baldosas), risotto en Santiago, fettucina o parmigiana de berenjenas como Casa Bianca. Por supuesto, tiramisu o un Bávaro al anís. Carta de cócteles para seguir compartiendo buenos momentos en la dulzura de vivir de la Casa Bianca.