Hay que reconocer que, originalmente, los bouchons no eran lugares muy femeninos. De hecho, las pocas mujeres que se podían encontrar aquí eran las famosas madres lionesas que preparaban la comida para muchas personas hambrientas que vivían en estos lugares tan animados. Afortunadamente, las filles llegaron hace diez años demostrando que los bouchons no eran únicamente un asunto de hombres y que la cocina lionesa podía ser a la vez buena y sabrosa.
Las filles, Isabelle Comerro y Laura Vildi, estudiaron con el excelente Marc Rivoiron en el Café des Fédérations, donde aprendieron todos los trucos del oficio. La buena noticia al abrir su propio bouchon en este maravilloso barrio, próximo a la plaza de Sathonay, es haber dado otra imagen de los bouchons: eliminaron el exceso de grasa de la cocina y conservaron los sabores de las mejores especialidades lionesas.
La sala es preciosa, está decorada con grandes mesas instaladas sobre el suelo y tiene antiguas baldosas bajo un magnífico techo francés. No se necesita hacer mucho más para ser un bouchon, basta con perpetuar la tradición recuperando las imprescindibles ensaladeras de Lyon con productos tradicionales preparados con gran cuidado: ensaladas de lentejas, rillettes de arenque ahumado, una verrine (pequeño cuenco de cristal) de zanahoria, crema fresca de jengibre...
Entre los lioneses atendidos con una gran sonrisa —atención y servicio perfectos—, nosotros siempre nos dejamos seducir por el famoso crujiente de pudín de manzanas, la quenelle con su ligera salsa Nantua y el suflé helado con chartreuse verde.
En pareja o con un grupo de amigos, Le Bouchon des Filles garantiza noches de éxito —y almuerzos los fines de semana— para saborear lo mejor de Lyon. Un bouchon a tener muy en cuenta.
Repas traditionnel d'un bouchon lyonnais avec des produits de qualité, faits maison et une présentation des assiettes bien soignée. Très bon rapport qualité prix.
Service efficace et souriant. L'endroit est propre et joliment décoré. Nous recommandons, une adresse a tester !