El escuadrón no se queda en sus impresiones, señalando siempre de la misma manera los establecimientos cronizados en estas páginas. El Futé se desplace y pone a prueba todas las direcciones. Y ha sido un placer redescubrir el B 52, un lugar abandonado por muchos Lyonnais desde hace años. Pero aquí hay un nuevo equipo, en particular para la comunicación, y se ha ido por un paseo y unas buenas noches. En el B 52, se llega a una bonita terraza al mediodía, saboreando las sugerencias de temporada del chef Gille Develle (Chefs Blancos de Color Rosa) y lo ha conseguido. Cocina de aquí y de hecho realizada con buenos productos. Pero seamos sinceros, lo que más nos gusta son los afterworks y las veladas de fin de semana en que el B 52 se pone en forma. Después de lanzar una sonrisa en la entrada y haber pedido una botella a la azafata, nos instalamos en la terraza donde se extiende un sonido de excelente calidad. Un joven DJ residente en el género electro, sustituido por guestos en las noches temáticas, para pasar una excelente velada a charlar con sus amigos alrededor de un buen vaso y bailar sobre un dancefloor no asfixiante. Las quadas rechazan -o no- los adelantos de los más jóvenes, las parejas y los grupos de amigos aprecian su noche lejos de los "people" innecesarios. Un "retorno" atractivo para un lugar que hay que redescubrir con el obispo.