BRASSERIE LE VINGT SIX
Las buenas direcciones no siempre están donde se pueden esperar. Prueba con la brasserie el Vigésimo Six, un restaurante muy atípico. La ventaja de estar presente en el centro del mercado mayorista es que no hay que buscar muy lejos para encontrar productos magníficos. El trato es muy bonito, muy familiar. Normal, todos los miembros del equipo proceden de la misma familia (no sabemos si la casualidad quiere que sean 26?). Como todas las nacionalidades están representadas en su seno, cada día ofrece menús muy variados. La multitud de orígenes se encuentra en el plato con, por ejemplo, un mediodía, una versión francesa y el día siguiente a las quenelas y una tarta de hígado de ave o un cordero trabajando de forma diferente según la temporada. La cordialidad es máxima, no tengas miedo de entrar. La sala de pleno pie es muy elegante, con una decoración zinada y muebles de madera con sillas de los años 70. La planta toma la forma de un loft en tonos cálidos, negros y naranjas y que puede acoger reuniones privadas de 50 cubiertos. Por último, para tomar el sol, una bonita terraza. No dude en organizar sus fiestas familiares. A partir de las 9 h, ya puedes dejar tentarte por el rompecabezas de la buena floreta, un desayuno completo (6,50 euros). Los camioneros tienen incluso la posibilidad de tomar una ducha en un espacio previsto a tal efecto. ¡Prueba!