LE COMPTOIR D’HIPPOLYTE
La primera calidad de este restaurante demasiado desconocido de los Grenoblois es su ubicación en las inmediaciones del mercado del Estacade. Es sin duda por eso que abre tan buena hora (7 horas) y que se puede comer en la barra (masticando a nuestros amigos lyonnais) desde el potron-mezcojo. Un restaurante que puedes calificar de "tapón" de una bonita sencillez en la que no te molestes en hacer tipo lounge… y que posee un buen carácter como su jefe. Y todo el mundo está contento, sobre todo el cliente que va a comer más que completo, acompañado de un buen pan casero, con la pizarra: ensalada de mulas de ternera, una terrina casera de faisán, bonitas ostras y el vaso de Muscadet que está bien con, una cabeza de ternera salsa de piedra, un aïoli de bacalao, un pavimentado de charolais a las sepas… y un pan de especias caseras o una cabra con castañas para terminar. Las galerías de calidad ya que los productos proceden directamente del productor y se cocinan simplemente con respeto y pasión, como estas mermeladas caseras. Saber ser simple es saber hacer bien. Una dirección como la que nos gusta.