THAI EXPRESS
Lo menos que se puede decir es que la toma de pedidos es rápida en el bien llamado Thaï Express. En efecto, no hay menú, ni carta, sólo una fórmula que abre las puertas de un buffet gigante en el que se alinean cerca de 50 platos diferentes y por la noche, con entradas calientes y frías, platos calientes y postres helados. Sala inmensa de 270 cubiertos, blanca con pantallas que transmiten imágenes zen y curiosamente poco ruidosas. Servidores formados por un ballet bien orquestado para reacompañar permanentemente el bufé y deshacerse de los platos de los comensales. Se aprecia que la cocina esté abierta para observar la puesta en práctica de los platos según todas las normas de higiene (controles regulares) y cabe destacar que el pollo servido es un plato. Con pinzas, se elige a voluntad de las porciones de platos exóticos, de la rosquilla de piña al samestrsa de buey pasando por las enormes olas de primavera o un cerdo con caramelo. Elige sus salsas para variar los placeres y puedes incluso tener pan… Las bebidas no están incluidas en el bufé, pero por la noche también se pueden comer woks y parrilladas sin suplemento. Mucha sonrisa y al final una dirección exótica en este marco de centro comercial.