Les Ursulines
leer másDéjese conquistar por la emoción de un lugar excepcional: el convento de las Ursulinas de Crémieu, fundado en 1633. Estuvo olvidado y resurgió gracias a la pasión de Pierre Salagnon, un cervecero enamorado de las piedras antiguas. Espléndida renovación —véanse, entre otras cosas, las pinturas murales del siglo XVIII descubiertas durante la renovación de la iglesia— que da una dimensión especial a las deliciosas cervezas que se elaboran allí mismo. Las cervezas se beben acompañadas por una tabla de embutidos en un ambiente relajado (hay conciertos una vez al mes: irlandés, pop rock, reggae). Las botellas se pueden llevar a casa o beber en el lugar para compartir todos los sabores de las cervezas elaboradas con productos de calidad: malta de cebada de agricultura ecológica, utilizada en mayores cantidades que en la cerveza industrial. Cervezas tradicionales que tienen el tiempo justo de fermentación y maduración. Cervezas sabrosas: rubias (claras y afrutadas), doradas (redondas y potentes) o ámbar (de degustación, con un color intenso). Cervezas de temporada: blanca, medieval, navideña, negra o de primavera. No hay que olvidar la que tiene diez años, una cerveza a base de plantas orgánicas y una nueva cerveza IPA, amarga con notas exóticas. La degustación continúa con zumos de frutas artesanales, el cóctel del Ursulines y un menú de productos locales para picar. Los grupos son bienvenidos previa reserva (a partir de diez personas). Las cervezas originales de un lugar único lo convierten en una visita obligada.